El frío aire de la mañana resbalaba por la cara de Carlos mientras su mente saltaba de un recuerdo a otro a toda velocidad. Así revivió la tarde en que llegó a su casa y encontró que Belén se había ido, se había marchado con sus cosas, y recordó el contenido de la nota que le había dejado, un absurdo «Esto no puede seguir» con marcas de lágrimas y unas razones sin sentido que no encajaban con lo que habían vivido días atrás, semanas atrás, meses atrás…
Carlos la amaba, y sabía que Belén lo amaba, porque esas cosas se notan, y sabía también que eso era lo único importante, porque nadie es perfecto y cuando dos personas se amaban como ellos el resto era accesorio, secundario, como cuando ella le reprochaba su gusto por la velocidad, y sin embargo la nota de Belén y su marcha no tenían ninguna lógica, ni el hecho de que su teléfono estuviera apagado, y no respondiera a sus mensajes ni pudiera encontrarla por ningún lado, y él no comprendía nada…
Sus recuerdos recorrieron todas las casas de los amigos que había visitado tratando de averiguar dónde estaba, su desesperación al no encontrarla, la cara de compasión de quien nada podía decirle para ayudarle, y entonces, de golpe, aquella carta en el buzón…
El Servicio Nacional de Salud informaba a Belén de que la fecha de su primera cita de quimioterapia se había pospuesto varios días. Carlos sentía que el aire lo acariciaba cada vez más rápido mientras revivía cómo lo comprendió todo, cómo supo que Belén había querido evitarle su enfermedad, algo que había conseguido ocultarle por completo, y había comprendido también a qué se debían aquellos extraños momentos de ausencia, aquellas expresiones impropias de ella, de su amor…
Carlos solo quería estar con ella siempre, y una enfermedad no era ninguna excepción, pero Belén se consideraba independiente de una manera muy particular, nunca había querido ser una carga para nadie, y era incapaz de comprender que aquello no era «ser una carga», y que era mucho más duro para Carlos estar sin ella que compartir su enfermedad…
Pero él sabía cómo encontrarla, sabía que Belén tenía que acudir a su cita, porque iría el día que le habían modificado y le dirían la nueva fecha, y no podría faltar, y allí estaría él para convencerla, para decirle que su vida no tenía sentido sin ella, que juntos lo superarían…
Y a más velocidad recordó que había llegado el día, y que se había escondido cerca del acceso al hospital, y al verla llegar se había acercado a ella, y nunca habría imaginado que de golpe ella pudiera salir corriendo, huyendo de él, pero eso es lo que había hecho con tan mala suerte que se interpuso en el camino de un autobús que nada pudo hacer por esquivarla…
El frío aire le recordó el cuerpo de su amada en el suelo, entre sus brazos, envuelto en lágrimas, sin poder articular palabra, y lo único que Belén pudo hacer, dibujar un corazón de sangre sobre el asfalto antes de expirar…
Y después vio aquel ascensor que le había llevado a la cima del edificio más alto de la ciudad, en cuyo portal se habían conocido, y aquella ventana abierta, y el aire frío en su cara, y cómo le acariciaba primero despacio y cada vez más deprisa hasta que llegó a la acera y, de golpe, se reunió con ella.
Alan! Pero qué historia más…no sé cómo cualificarla si como triste o amorosa…
¡¡Qué bien que hayas vuelto!!
Un abrazo,
¡Mensnudum! ¡Premio al primer comentario! 🙂
Me alegro de verte por aquí. Sigo teniendo la vida muy complicada, pero te aviso de que habrá algunas novedades en el blog muy pronto (¿2 semanas?).
Saludos, amiga.
De golpes está hecha la vida Alan hermosa entrada de amor con un final muy triste, me alegra mucho verte ya era hora leerte
Un abrazo
¡Carmen! No podías faltar… 🙂
Me alegro de que te haya gustado.
Saludosos. 🙂
¡Qué triste! y …¡Qué hermoso!
No has perdido tu «touch» al escribir.Ya se te echaba de menos, a tí y a tus letras…
¿Novedades en el blog? ; – )
Abrazos de oso.
NB : me encanta volver a ponerte NB. ; – )
Hola, Bypils. Sabes que, aunque no he estado, no me he ido. : – )
Pues sí, novedades en el blog, aunque sabes que soy un enamorado de las sorpresas, así que… hasta ahí puedo leer.
Saludos.
NA : a mí me encanta que me vuelvas a poner tus caras largas. ; – )
… dibujar un corazón.. es lo más hermoso.
bienvenido osito, no sabes la alegría que es llegar de vacaciones, y leer una historia tan tuya.. empezar a leer y no saber por donde transcurrirá la historia.
Besos. 🙂
Bienhallada, sirenita. Después de publicarlo me enteré de que ha sido justo el día que el blog cumplía 3 años. Casualidades…
Tu parte romántica te puede. Tanto, que me pregunto si tienes una parte que no lo sea. Feliz regreso de vacaciones. 🙂
Besos.
Hola Alan, el comportamiento de Belén con Carlos lo entiendo perfectamente, pero el final de Carlos me ha parecido demasiado fuerte. De todas formas me ha gustado leerlo, saludos!!
Bueno, es una historia… En la realidad, el comportamiento de Belén no lo entendería. Y el de Carlos, tampoco.
Gracias por venir, y por comentar.
Saludos. 🙂
De nada. Me gusta leer y si la historia que se lee engancha y está bien narrada, siempre se agradece. Visitaré más tu blog 🙂
Quédate aquí todo el tiempo que quieras. Estás en tu casa. 🙂
Quería decir bien escrita en lugar de bien narrada, sorry.
Acabo de leer la invitación, no creía que estuvieras por aquí jaja. Gracias, la tendré en cuenta, ciao!!
Pues sí, aquí estoy. 😛
Inesperado final…..como inesperada tu vuelta…me has hecho un regalo sin tú saberlo ….en un día tan especial como hoy….
Muchos besos despliegan sus alas ….
Pues felicidades, sea por lo que sea. Me alegro de ver tus alitas por aquí.
Lo cierto es que os echo de menos, pero tengo que dedicarme a otros menesteres. 😦
Saludos peludos.
Por fin has vuelto!!! Me alegra mucho mucho. Sobre todo por volver a leer esas historias tuyas escritas con ese toque tuyo
Welcomeeeereeeee
¡Gracias, treintañeradesubicada! También aprecio verte aquí. Sabes que me encanta compartir mis historias con vosotros. 🙂
Saludos.
hola! pues me encanto la historia y una triste pero bella historia… un inigualable amor de parte de ambos queriendo hacer lo mejor un por el otro.. y separados por reencuentro trágico.. ❤
¡Hola, Bg! Bienvenida (¿bienvenido?), y encantado de que te haya gustado. ¿Quieres probar otras historias? Por aquí tienes unas cuantas… 🙂
Saludos.
🙂 Me alegra encontrar una publicación tuya en mi bandeja de entrada. Esa historia de amor, ¡Ah! (suspiro) me deja un nudo en la garganta :´(.
Venga Osito veremos que cosas nuevas habrá por aca.
Saluditos
¡Hola, Candy! Me alegra encontrar un comentario tuyo en mi publicación nueva. 🙂 Esta vez ha tocado una historia triste pero… de amor, como a ti te gustan, ¿no?
Saluditos.
Triste relato que nos acerca a los sentimientos, a la belleza del amor y la sensibilidad. Gracias por compartirlo. Saludos. Elssa Ana
Es un placer compartir con vosotros mis historias. Si no, no tendrían sentido, no existirían.
Saludos.
Triste final y muy buena tu vuelta por aqui; me alegro mucho, Oso.
Pasa un buen dia.
Besos
Yo también me alegro de estar por aquí, y de que no faltes. Gracias.
Saludos.
La belleza de la tristeza… ¡aún me emocionas!
¡Muchas gracias, Jeza! Encantado de verte y emocionarte. 🙂
El placer es mío, monseñor!
Me ha gustado de principio a final.
A veces pienso hay que dejar que la vida siga su curso y no interponernos en ella.
Encantada de leerte de nuevo.
Hola Alan!
Acabo de descubrir tu blog y la verdad es que engancha! Yo me acabo de estrenar con un pequeño blog, peo aún empezando. Mientras, voy tomando nota del tuyo :). Un saludo! Gema.
Bienvenida, Gema. Espero que te guste el mío, y te deseo suerte con el tuyo.
Saludos. 🙂