17.- Otra alternativa.

Amanda recogió las pocas cosas que tenía en su despacho, se despidió de sus compañeros, y se marchó. Sentía varias emociones superpuestas. Alegría, por haber descubierto lo que le encomendaron. Desazón, por no haber podido conocer a Kevin. E impotencia, por el «¡qué asco de mundo!», por ser consciente de cómo se mueven los asuntos en las altas esferas, y no poder hacer nada por evitarlo. También le quedaba la esperanza de que Kevin los tuviera controlados, y él sí fuera capaz de arruinar sus planes en el momento oportuno.

Mientras se acercaba a su verdadera oficina, la agencia de detectives dirigida por Félix, notaba un hormigueo en el estómago. Era el vértigo de saber que tenía que tomar una decisión inaplazable. Su vida había cambiado, y ella la había detenido mientras se dedicaba a investigar el caso de Ansúrez. Ahora debía enfrentarse a su futuro.

Su jefe la esperaba sonriente. Para él, todo se había resuelto de forma satisfactoria, tenía un cliente satisfecho, y había cobrado el doble de lo pactado. De sobra sabía que determinados aspectos de nuestra sociedad son políticamente incorrectos, algo especialmente irónico en esta ocasión.
— Antes de nada, permite que te felicite. Menudo embrollo te ha tocado.
— Muchas gracias. En realidad, el mérito no es mío. Sin la ayuda de Kevin, no habría descubierto nada.
— El misterioso Kevin. Curioso personaje. Me hubiera gustado conocerlo.
— Y a mí, no lo dudes.
— Podría sernos útil en más de una ocasión.
— Tú siempre tan interesado.
— En fin, me temo que eso no depende de nosotros. ¿Qué tal estás?
— Pues… he estado mejor.
— ¿Qué te gustaría hacer ahora.
— No lo sé. Preferiría irme de Zaragoza. Son muchos recuerdos desagradables, y lo único que me ata aquí es este trabajo. Pero echo de menos mi ciudad. Sabes que vine aquí por el empleo de mi marido. De mi ‘ex’. Tengo que acostumbrarme a llamarlo así.

Félix sonrió. Sabía que Amanda no rechazaría lo que le iba a ofrecer.
— Verás, tengo una amiga en Valladolid. Es enfermera, y me ha preguntado si podría ayudar a una compañera suya de trabajo. Al parecer, en su casa ocurren cosas bastante extrañas, y le gustaría que lo investigáramos. Podría ser una magnífica ocasión para expandirnos y abrir allí una oficina. ¿Te gustaría?
— ¡Me encantaría! ¿Has dicho cosas extrañas? ¿Cómo de extrañas?
— No tengo muchos más datos. La chica se llama Esther, y la casa está en Cigales, muy cerca de Valladolid. Dice que es como si viviera con un fantasma. Pero ella no cree en esas cosas, en eso parece sensata.
— Pues cuenta con ello. Pondremos una oficina en Valladolid, y descubriremos quién está asustando a esa chica. Estoy deseando volver a ver a mis antiguas amigas. Respecto a Ansúrez… me queda un sabor agridulce. No es justo que se vaya de rositas.
— Ya has cumplido con lo que te encargaron. Cualquier otra cosa que hagas iría contra nuestro cliente; un cliente satisfecho, con mucho dinero, y con altísimas probabilidades de volver a necesitar nuestros servicios. Además… te recuerdo que no tienes pruebas de nada.
— Pero eso no me quita el mal sabor de boca. En fin, tendré que olvidarlo.
— No tienes otra alternativa.
— Eso me temo.

Amanda volvió a su hotel animada. Puso la televisión mientras hacía su maleta. Volvía a casa. Volvería a ver a su madre, y a Raquel, y a Carolina. Volvería a sus bares de siempre. Y volvería a quejarse del tráfico, y de tantas cosas que ahora, de repente, no le parecían tan molestas.

Una noticia atrajo su atención. El coche de Ansúrez había tenido un percance y lo habían grabado las cámaras. No era nada grave, pero el chófer había salido furioso y se había encarado a los periodistas. Al momento reconoció su voz ronca. Aún recordaba su aliento en su cuello, y las amenazas con que intentó asustarla. Grabó en su recuerdo aquella cara, por si volvía a cruzarse con él.

Recibió un mensaje en su teléfono móvil. «¿Así que te habría gustado conocerme? No sé de qué te quejas, sabes de mí más que nadie. Tal vez en el futuro… Pero no pierdas tu tiempo buscándome. Yo te encontraré cuando sea necesario. Hasta la vista. Kevin.»

Llamó al número de donde procedía el mensaje, y una voz mecánica contestó, «El número marcado no existe.» Amanda sonrió. Entonces se le ocurrió.

Félix se había equivocado, porque sí tenía otra alternativa.

No era justo que nadie supiera lo que había descubierto. La sociedad debía conocer cómo eran sus dirigentes. Tenía la historia prácticamente escrita, sólo había que añadir el final. Cambiaría los datos más relevantes, nombres propios y lugares, y contaría los hechos. Y luego… tenía un amigo que podía ayudarle a publicarla. Aunque lo disfrazara de ficción, todos sabrían que era cierto; había tantos casos similares… Muchos. Demasiados.

FIN

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Acerca de Alan Rulf

Alan Rulf es el pseudónimo que recoge mi faceta de escritor, para separarla de otros intereses y aficiones.
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20 respuestas a 17.- Otra alternativa.

  1. winnie0 dijo:

    Excelente final Alan para lo que podría ser un argumento estupendo (que tan bien has desarrollado a lo largo de capitulos) para sacar una serie de television…..

    • Alan Rulf dijo:

      Es curioso, porque me planteé la historia como algo para ver en televisión, así que me llama la atención que te hayas dado cuenta.

      Saludos.

  2. Azo dijo:

    Otra vez Genial!
    Ha sido un placer haber seguido estas crónicas, y cmparto con winnie lo de la serie.
    Ese Kevin,,siempre en la sombra…..mmmmm
    Felicidades y gracias!

  3. Ana Azul dijo:

    Un final perfecto. Así los desenmascara sin que ellos puedan denunciarla. ¿Genial!
    Besitos
    Ana

  4. gaviotasinamor dijo:

    Holaaaaaaaa Alan!!
    te traigo un café con mucho amor!! además doble!!
    Feliz fin de semana
    Muakkkkkkkkk
    Gaviota

  5. gaviotasinamor dijo:

    Bueno despues de mi saludo, ahora te digo algo, me ha encantado este final ajajajaa eres genial siempre nos dejas con ese puntito de intriga ajajaa ¿conocerá Amanda a Kevin?
    Por otor lado la vas a tener cerquita…ajajaja Amanda y carolina juntas otra vez y tú en medio ajajajaa eres tremendo!! como te buscas la siguiente historia….
    Me encantó Alan, me gustaría que siguieras escribiendo pero me huele a despededia!! creo que deberias seguir escribiendo, las que nos gusta leerte de verdad vendremos a visitarte aunque tú no puedas de volver la visita piénsalo si?
    Un abrazo fuerte con alas
    Carmen

    • Alan Rulf dijo:

      ¿Quién sabe lo que ocurrirá en el futuro?

      Se supone que esta historia ocurre antes que «Lo que queda al despertar», y después del «Diario de mis miedos». Leyéndolo de un tirón se verán mejor los detalles que las relacionan.

      No hay ninguna despedida. Voy a aflojar el ritmo de escritura, para descansar un poco, pero no el de publicaciones. Seguiréis teniendo entradas los lunes y los jueves. ¿Cómo? Bueno, conoceréis otra faceta de este oso blanco que espero que os guste. Como sabes que me encanta el suspense, tendrás que esperar al jueves que viene para saber a qué me refiero.

      Gracias por tu amistad.

  6. Susana dijo:

    Estupenda historia. Sí que daría para una serie de televisión. Un beso.

  7. Ha habido alguna entrega intermedia que me perdí 😦 pero aun y todo el final me ha resultado fantástico y muy bien hilvanado! Desde luego trabajas el suspense como nadie; felicidades.
    Y si ahora habrá novedades en tu blog, pues bienvenidas sean!
    venga, saludos ya de viernes!!

    • Alan Rulf dijo:

      Un placer tenerte de nuevo por aquí. Yo ando muy escaso de tiempo, y apenas puedo visitaros (aunque ya he visto que sigues con tus propuestas de regalos). Espero que con las novedades la cosa cambie.

      Saludos.

  8. bypils dijo:

    Gran The End, cerrando el círculo, además y enviando a Amanda hacia Esther, en Cigales. Me encantó «Diario de mis miedos»… Y Kevin…Un personaje comodín. Sabremos de él, seguro.
    A la espera de descubrir la nueva faceta del oso.
    Un abrazo y aprovecha, que se acaba la hibernación.

  9. Kathy dijo:

    Alan, ya es el fin,… me perdi mucho tiempo tendré que ponerme al día con la historia, me haré un tiempito para leerla completa, y es lo que me falta, cada día se me hace más corto, faltan horas. Un abrazo.

  10. mensnudum dijo:

    Pues vaya con Kevin… ¿será su ex marido?¿Félix? ¡¡Esto no vale!!!
    En fins…en parte me alegro de que Amanda deje este lugar porque son demasiado pesados sus recuerdos y desde la distancia, además, le será más fácil publicar la historia…¡¡caca de políticos!!

    Saludos,

  11. La historia me ha encantado! pero me dejas con mal sabor… yo quería conocer a Kevin, sabremos de él??

  12. elenadanza dijo:

    Esperaremos el libro de Amanda :)) y deseando desenmascarar a Kevin, que seguro lo tienes por algún sitio escondido….. me ha gustado mucho la historia, te esperaremos con las nuevas sorpresas, un gran abrazo de oso

Los comentarios están cerrados.