Tras una breve pausa, Ansúrez siguió hablando.
— Supongo que no tienes por qué explicármelo, claro. Al fin y al cabo, es tu trabajo, y eres muy buena, por cierto. Mucho mejor de lo que querían hacerme creer. Por supuesto, no hará falta que diga que vuestra competencia queda fuera del caso, y que espero que apliques tus maravillosas dotes para descubrir lo que me interesa.
— Muchas gracias, señor Ansúrez. Voy a preguntarle algo. Por lo que me ha dicho, usted quería que las dos agencias de detectives estuviéramos en igualdad de condiciones.
— En efecto, si alguna de las dos hubiera sabido de la existencia de la otra, esto no habría tenido sentido.
— Y a las dos nos hizo el encargo más o menos a la vez…
— Claro.
— Pues alguien se lo tuvo que decir a los otros con al menos dos semanas de antelación, pues tuvieron tiempo de preparar la trampa que me tendieron.
— ¿Seguro?
— Completamente. ¿Quién más sabía a qué dos empresas nos iba a encargar la investigación?
— Nadie, que yo sepa… Pero no tiene sentido. Alguien tenía que saberlo.
— Es evidente.
— Continúa con tu encargo, sé que lo lograrás.
— Con mucho gusto.
— Y perdóname si te he juzgado de forma inadecuada.
— No hay nada que perdonar. Ambos hemos estado a punto de ser manipulados. Por suerte, lo hemos descubierto a tiempo.
En cuanto salió del despacho de Ansúrez se fue a la mesa de su despacho y telefoneó a Félix. Tenía que informar a su jefe de lo ocurrido.
— ¿Habían contratado dos agencias?
— Lo que oyes. ¿Te había pasado antes alguna vez?
— Ni a mí, ni a nadie. Al menos, que yo sepa. Me parece que es contraproducente, entre otras muchas cosas. Me están dando ganas de que te retires del caso…
— Por supuesto, eso es decisión tuya. Pero… me gustaría llegar al final de esto. ¿Tienes algún otro caso al que pudiera dedicarme si dejara éste plantado?
— No, pero siempre hay cosas que hacer…
— Si no tienes nada más, te pido que me dejes trabajar en esto. Me viene bien tener la mente ocupada.
— ¿Va todo bien?
— Más o menos. Ya te lo contaré. Me voy a divorciar. Pero ahora no quiero hablar de eso.
— Lo siento. Sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras.
— Sí, lo sé. Gracias.
— Entiendo que quieras estar ocupada. ¿Podrías mandarme el informe que le diste a Ansúrez? Me gustaría leerlo, y archivarlo en el expediente.
— Claro, ahora mismo.
Apenas le dio tiempo a hacer algo más antes de la hora de comer. Prefirió un menú del día barato en un restaurante cercano, sentada sola en un rincón del comedor. Mientras esperaba que le llevaran la comida, recordó los buenos momentos vividos con su marido. El modo en que se conocieron, los viajes de vacaciones, los éxitos profesionales, las celebraciones… Todo estaba ahí, en su memoria, pero se sorprendió de que no estuviera también en su corazón. Lo veía como una película, sin sentimientos. A los buenos recuerdos pronto se unieron otros no tan buenos. No le sorprendió comprobar que los malos ganaban en número, y también en intensidad, como si se tratara de una película barata. Y tal vez lo fuera, al fin y al cabo.
Lo que tenía muy claro es que quería dejar su corazón libre de odios. No quería perder ni un segundo más con aquel… personaje. Su relación no funcionaba, y punto. No había más vueltas que darle. Tal vez encontrara algún día a ese alguien especial con quien todo fuera genial. Y mientras… la vida sigue. Lo que tenía muy claro es que no quería volver a perder su independencia.
Su teléfono móvil interrumpió sus pensamientos. Era Félix.
— Amanda, me dijiste que Ansúrez te preguntó cómo habías relacionado el caso de los actores con Javier, ¿no?
— Sí, y aún no entiendo por qué lo pensó. Yo no tenía ni idea.
— Supongo que te lo puedo aclarar, al menos en parte. Al final del informe que me has mandado, el mismo que le imprimiste a él, aparece esa relación. Y el informe lo firmas tú. No me estarás ocultando algo, ¿verdad?
— ¿Que aparece…? Félix, te aseguro que, cuando escribí eso, no tenía ni la más remota idea de que Javier pudiera tener algo que ver. Es imposible que ahí ponga nada de Javier…
— Pues lo pone.
— Ahora estoy comiendo, no lo puedo mirar. En cuanto termine, te llamo.
Terminó de comer a trompicones, y volvió rápido a su ordenador. En efecto, al final de todo lo escrito, sin explicarlo en absoluto, hablaba de Javier como relacionado de alguna forma con el caso de los actores. Alguien había tenido acceso a su memoria portátil, y no acertaba a pensar quién. Alguien que quería ponerla tras la pista de forma anónima. ¿Marta o Cristina? ¿Tal vez Luis? ¿Pero cómo? Estaba completamente segura de que la memoria siempre había estado en su bolso, o en su ordenador. Y también había tenido especial cuidado de que nadie hubiera ni siquiera mirado su ordenador cuando la memoria estaba puesta en él.
Empezaba a estar harta de tantos misterios.
Esto parece una peli de Alfred Hitchcock. La leche, mira para un lado, y para otro y hay traidores por todos lados. Joer. Besos
Ana
En estas historias, no sabes de quién te puedes fiar hasta el final. 😛
saludos.
Caramba, esto es el espía espiado. Un beso.
En efecto. Menos mal que Amanda es mucha Amanda. 😆
Saludos.
Madre mía, menudo trama! Podrías hacer una peli con esto!! Estoy deseando ver cómo sigue la historia!
besines
La película me la monto en la cabeza. Luego, si alguien quiere hacerla… yo encantado. 😆 Y si no, pues también. 🙄
Saludos.
Hola.
Esto es mas bien una pelicula de misterio y de traiciones. Ya podrias ser un actor, j’mio, Alan.
Espero la siguiente.
Buen fin de semana.
Saludos, hombre «misterioso» y desaparecido en combate, ajajajaja
Hace tiempo fui actor aficionado. E incluso ahora, de vez en cuando, hago algo muy relacionado. Más misterios… 😆
En efecto, desaparecido en combate, a mi pesar.
Saludos.
niño. ni amenabar!!! a esto es lo que yo llamo llegar al estado de «no mira pero sospecha»
un saludo alan
😛
😆
Saludos.
Yo me estoy poniendo pelín nerviosa eh????
Mejor que conserves la calma. Responderás mejor si es necesario… 🙄
Saludos.
ME ENGANCHAS CON LO QUE VAS ESCRIBIENDO , EN FIN YA VERE LA QUE SIGUE…
BUEN DIA Y BUEN FINDE..

Veremos por dónde salen los tiros…
Saludos.
Espionaje y recontraespionaje,
Yo te espío, tu me espías, ellos se espían… en esa agencia no hay modo de estar tranquilo.
Un buen fin de semana.
Y los que trabajan dentro no sospechan nada… menos alguien que lo sabe todo. 😆
Saludos.
Alan, cada día me intrigas más, hijo vaya tela la vida de Amanda, es de película
feliz noche de sábado para ti
Espero que estés bien amigo mio
Saludos escuetos
Una trama complicada, aunque en realidad es muy sencilla… 🙄
Estoy bien, no te preocupes. Sin casi tiempo para visitaros, pero bien.
Saludos escuetos.
El ordenador…seguro que fue mientras tenía la memoria conectada al pc del trabajo…
Estoy muy intrigada!!! Aunque lamento ir tan tarde en las lecturas últimamente! 😦
Saludines domingueros,
Más tarde voy yo… 🙄
No pretenderás que te adelante información, ¿no? 😆
Saludines domingueros.
NO tengo ni idea de lo que pasa aquí…el marido?
¿El marido? 😈
Saludos.
¡Me encanta! ¿Te digo de quien sospecho?… solo puedo decir que si es cierte mi sospecha tendría una razón más para divorciarse.
Saludos
Por lo que veo, 2-0, va ganando el marido. 😆
Saludos.
He leído el texto y después los comentarios y respuestas….
¿Quién lo sabe todo? ¿Quién?¿Quién?….( leer en modo cantinela niño pequeño-pesado)
Saludos.
😎 😆 😎
Saludos.
Espera, espera, ¡que ya lo tengo! 😆 ¡es el mismo que la seguía con la cámara!
¿Hay premio?, ¿no he sido suficientemente precisa? ¿Llego muy tarde?, ¿pregunto mucho?
Feliz semana Alan 😉
😕
Saludos. 😉
Me gusta, me gusta!!!!!!!!! Muy interesante!!!
😆
Saludos.