Luis y Kevin, Marta y Cristina. Luis y Kevin, Marta y Cristina. Amanda repetía sus nombres mentalmente, con la intención de hablar con ellos esa misma mañana. Dejaría a Luis para el final, porque ya se había formado una idea de él. Como Kevin había faltado el día anterior, trataría de que se lo presentaran. Y de Marta y Cristina esperaba poder averiguar algo más de lo que ya sabía.
Cuando coincidieron en la entrada, Luis la saludó tan sonriente y servicial como siempre.
— Tienes ojeras, ¿has pasado mala noche?
— He dormido mal. ¿Se nota mucho?
— Más bien sí. Al menos espero que lo disfrutaras…
— Pues más bien no.
— ¡Vaya…!
Se sentó y encendió el ordenador, enchufó su memoria portátil y trabajó durante un rato en el documento donde estaba ordenando sus ideas. Kevin tampoco había ido ese día, y Ansúrez no estaba, si bien eso no era extraño. Algo se movió en el techo, en una esquina del despacho. Amanda miró de reojo, sin mover la cabeza: Era una cámara de seguridad que apuntaba hacia ella. Cristina se asomó por la puerta.
— ¿Te apetece un café?
— Sí, gracias.
Dejó el ordenador con todo abierto, pues la máquina del café estaba en el pasillo y podía controlar si alguien entraba en su despacho. Al salir miró con descaro a la cámara, y se hizo la sorprendida.
— ¡Anda! ¿Hay cámaras de seguridad?
— Sí, las pusieron hace tiempo, aunque no se usan mucho. Ver cómo trabajamos aquí es bastante aburrido.
— ¿No te gusta este trabajo?
— Sí, me encanta, pero lo bonito está en lo que hacemos en los ordenadores. Vernos en una pantalla no tiene ninguna emoción, todo el día tecleando…
— ¿Para qué las pusieron, entonces?
— Supongo que son más que nada disuasorias. Si un día no te apetece trabajar, haces como que trabajas, y ya está. Pero al final te das cuenta de que te cuesta lo mismo trabajar que no hacerlo, y lo haces. No se te ocurre, por ejemplo, echarte una siesta, incluso aunque estés tú sola.
— ¿Aunque estés sola? ¿Quién te va a vigilar por la cámara si no hay nadie? ¿O es que se graban las imágenes?
— Ansúrez tiene acceso a las cámaras por Internet. Te puede vigilar desde cualquier lugar del mundo sin que te enteres. Y nunca sabes lo que se graba y lo que no. En principio, no se graba nada en horario de trabajo, y se activa la grabación automáticamente si hay algún movimiento fuera de ese horario. Pero todo eso se puede cambiar.
— ¿Y no te agobia trabajar así, siempre vigilada?
— No, me gusta. Es una empresa de seguridad, es normal que haya medidas de vigilancia. Mientras cumplas con tus obligaciones, no tienes nada que temer. Tampoco son tan estrictos: Puedo llamar a mi novio, y cosas así.
— Entiendo. Si están contentos contigo…
— Claro. Eso se nota.
— Oye, Cristina, ¿y Kevin? ¿No ha venido hoy tampoco?
— Parece que no. Seguirá malo. No me extraña, ha faltado bastante últimamente. Parece que tiene algo en el estómago que le molesta, y se lo están mirando.
— Vaya, lo siento. Los problemas de salud son lo peor… ¿Cómo es?
— Pues… no sé. ¿A qué te refieres?
— Si os lleváis bien, si es majo… Si tengo que trabajar con él, prefiero que lo sea. A los demás ya os conozco…
— Es bastante retraído. Habla poco, pero es la típica persona que te puede hacer un favor cuando menos lo esperes sin esperar nada a cambio. Y, si puede, negará que ha sido él. No se puede decir que seamos amigos, pero me cae bien.
— Bueno, supongo que lo conoceré algún día. Será mejor que vuelva a mi ordenador, que la cámara vigila…
Lo dijo con un tonillo de complicidad, pero en ese momento llegó Marta, y Amanda no supo decir nada convincente para quedarse y hablar con ella también, así que se despidió sonriente. Mientras se iba, Marta le habló.
— Deberías cuidar esas ojeras… Ayer no las tenías, ¿no?
— No, una mala noche…
¿Por qué todos tenían que notar sus ojeras? Amanda se sentó en su sillón y miró de reojo a la cámara. Oyó que Marta y Cristina hablaban en voz baja, se acercó a la puerta y aguzó el oído sin que la vieran. Pudo entender lo que decían.
— Jo tía, he estado hablando con Javier. Vaya brasa el tío. Con la excusa de que es nuevo, no hace más que preguntar cosas. Me parece un cotilla integral. Como sea así siempre…
— ¿Pregunta cosas? ¿Del trabajo?
— No, cosas de vosotros. Un cotilla, lo que yo te diga. Si te pregunta algo de mí, no le digas nada. ¿Qué tal Amanda?
— Es maja…
Entonces se fijó en que la cámara ya no apuntaba hacia su mesa, sino hacia la puerta. Justo donde ella estaba. Y en ese momento llegó Ansúrez, hijo, a la vez que sonaba el teléfono de Amanda. Volvió rápida a su asiento y descolgó.
— Amanda, soy tu abogado.
— Te iba a llamar esta tarde. ¿Ha pasado algo?
— Cuando tengas un rato, ven a verme. Siento llamarte en estas circunstancias, pero… tu marido ha presentado una demanda de divorcio.
¡Esto va bien!! bss y buena noche de reyes mágica
Más vale tarde que nunca… 🙂
PASO HOY SOLO DE VOLADITA A DESEARTE FELIZ DIA DE REYES Y DEJARTE MIS MEJORES DESEOS DE QUE ESTE AÑO TE LO PASES SUPER, COLMADO DE BENDICIONES Y MUCHA SALUD…
MAÑANA REGRESARE COMO DIJO TERMINATOR » ALL BE RIGTH BACK » BUENO CREO QUE ASI DIJO JEJE.. APAPACHOS PA TI DE MI…
Regresa cuando quieras, estás en tu casa.
Saludos apapachados…
Cada vez se pone mejor, pobrecita Amanda con sus ojeras, es triste tener que trabajar después de una mala noche, pero el deber llama.
Y lo que le queda…
Saludos.
Vaya vida complicada tiene esta pobre chica. Un beso.
Se le complicará aún más, es lo que tiene…
Saludos.
Pienso lo mismo que Susana, ¡vaya lío de vida y de trabajo!
Para las ojeras, hay buenos correctores.
Me gusta esta frase: «Si un día no te apetece trabajar, haces como que trabajas, y ya está. Pero al final te das cuenta de que te cuesta lo mismo trabajar que no hacerlo, y lo haces. »
Aprovecho para desearte una dulce y mágica noche.
Aunque sea con muchísimo retraso, deseo lo mismo para ti.
Saludos.
Cotillón de cotillear…y yo pensando en el de Reyes…
(Ya me centro)
Un saludo
No sé cómo se me pudo ocurrir el título… 😛
Saludos.
Un buen «cotillón»…
Pobre Amanda. Supongo que a este personaje, lo que no mata lo hace más fuerte ( o engorda… ; – ) ).
Saludos.
A este personaje TODO le hace más fuerte. : – P
Saludos.
Hola.
Me identifico con Amanda,…pobre! Yo tambien he estado trabajando toda la noche, y estoy que me duermo ufffff.
Feliz Reyes y buen fin de semana
Saludos
A veces toca… ahora mismo yo también tengo un sueño que no me tengo.
Saludos.
Y ahora un divorcio, esta Amanda no tiene tiempo de aburrirse. un saludo
Lo del divorcio llevaba tiempo viéndolo venir, y le hará más bien que mal.
Saludos.
La estas poniendo a Amanda contra las cuerdas: con el cotillón, su marido, las ojeras, la pobre se va a deprimir y va a caer en picado.
Cuídala un poquito Alan.
Un abrazo
Amanda no va a caer, ni en picado ni de plano. Pero la tengo que llevar al límite para que su triunfo sea mayor.
Saludos.
Asi que Javier también anda de preguntitas??? ….mmm
Respecto al marido.. pues sin palabras. Que le den,,,,,dos duros falsos.
Pues parece que sí, que anda de preguntitas…
Con el marido no pierdo más tiempo. 😛
Saludos.
esta amanda vive en un sin vivir.. pero supongo que siempre hay corrector de ojeras para disimular la mala cara en un momento dado y que no hay mal que cien años dure, además de que de amor nadie se muere y la mancha de mora con otra verde se quita.. en definitiva.. que confío en que al final amanda salga de todo esto por la puerta grande alan!!!
Saldrá, no lo dudes. 😆
Saludos.
Pues nada, a ver qué pasa con el marido que me está oliendo raro…
Pues del marido no creo que sepamos mucho más, aunque a lo mejor me equivoco…
Saludos.
El marido quiere divorcio, vale. ¡Eso que se ahorra Amanda!
Los del trabajo…huele a «chamusquina». Lo que no me cuadra es lo del Carlos éste…no le cazo por ningún lado.
Saludos,
Pues sí, mejor le saldrá.
Pronto sabrás más… 😆 Pero te aviso, cuando te enteres de algo, será para que te surjan nuevas preguntas. Es el secreto.
Saludos.
bUENO, BUENO, VEREMOS COMO SIGUE EL TEMA, QUE SE PONE INTERESANTE. CHAO
ANA
Para Amanda está interesantísimo, vamos…
Saludos.
Uff, que agobio me ha entrado al leer que la cámara la sigue!!, solo falta que salga de ella una voz preguntándole también por sus ojeras, jejeje
🙄 ¿el marido es quién pide el divorcio?, ¡esa sí que es buena!, ¿no era él el adúltero?, algo no me cuadra… en esos casos no suelen ser los hombres quienes piden el divorcio, vaya, solo lo digo desde la observación de las personas que conozco 😉
Digamos que ambos consideran que su relación ha terminado. Y mejor que lo hagan de forma civilizada.
La cámara…
Saludos. 😆
Madre mia Osit, con tanta cámara de vigilancia, ya estaba yo mirando de reojo en las esquinas de mi escritorio jajajaa! Bueno, es comprensible que las haya siendo una empresa de seguridad, supongo que sería cuestión de hacerse a la idea y acostumbrarse 🙂 Aunque…tanto meneito de cámara y tanto seguir los pasos de Amanda..mmm…me mosquea un poco. Me da a mí que aquí hay gato encerrado…Y…no será el marido el que está detrás de la cámara observando cada paso? mmm….
Bueno, ya veremos…voy a seguir, que creo que no eres el único que tiene que ponerse al día jejejej…Yo no sé ni por donde empezar!
Te dejo besitos dorados para hoy…muakkkkkkkkk!
Es normal que haya cámaras. La cuestión, como bien dices, es quién las maneja. ¿El marido? No creo…
Saludos.
Buen cotilleo, digo lo plasmaste muy bien para ser un oso, ¿Sera que ultimamente andas con muchas ositas? Digo no es que sea propio solo de osas, pero la verdad, se les da mejor, aunque ultimamente ellos llevan mejor record.
Fijate que tu no estas para saberlo ni yo para contarlo, porque yo como digo una cosa digo otra, y es que hay cosas que ni que, ¿Tengo o no tengo razón? No pues si por eso yo siempre digo, cuanta razón tenía mi abuela… y es que ¿O nó? porque incluso se le dijo y se le comentó.
Jejeje no amigo no estoy desvariando se me antojo un poco de cantinfleo con tu post.
Saludos 😉
Me ha divertido tu cantinfleo. Genial, Cantinflas, y muy humano.
Me he enterado de más cotilleos en las últimas semanas que en todo el resto de mi vida. Misterios de oso misterioso, yo me entiendo. ¿Ositas? Una. 🙂
Saludos.
Me alegra que ya estes de vuelta 🙂