Pablos recibió un aviso de búsqueda y desapareció a la velocidad del rayo. Mis amigos se habían detenido en un puesto callejero, algo que alguien vendía sobre una manta en cualquier sitio. Me acerqué.
Me sorprendí.
¡Eran ladrillos!
¿Pero quién va a comprar ladrillos por la calle?
Si al menos fueran una alegoría de las cosas que venden en los ‘top-manta’…
Al notar mi desconcierto, el vendedor se dirigió a mí.
— El caballero lo ha notado sin necesidad de que se lo expliquen. Pero déjeme mostrarle. Las medidas de cada pieza son exactas. Perfectas. La precisión es de una décima de milímetro. Nadie hace ladrillos con tanto mimo. ¿Y qué me dice de la arcilla? Traída directamente del Peloponeso, en unos recipientes especiales diseñados a propósito para preservar sus cualidades de humedad y temperatura. Están hechos a mano, y en cada uno tardo cuatro días. Es un proceso artesanal, con algunos secretos que he recogido de libros medievales.
— Se nota. Son perfectos. — Lo dije por decir algo, me encontraba azorado—.
— ¿Y la cocción? En un horno industrial modificado para garantizar la temperatura uniforme en el interior y el exterior de cada pieza. Un secado previo a bajas temperaturas, y luego un proceso similar al templado para garantizar la estabilidad dimensional.
— Pero… todo esto tiene que salir muy caro…
— Hombre, la calidad tiene un precio, pero merecen la pena. Puedo decir orgulloso que son los mejores ladrillos del mundo.
— Y… ¿vende muchos?
— Pues no. Yo sé que esto no me lo van a reconocer hasta que me muera. Como a todos los artistas. Entonces mis obras valdrán millones, y todos querrán tenerlas. Es la vida que me ha tocado, subsistir gracias a chapucillas mal pagadas, como tantos otros genios a lo largo de la historia. Pero el tiempo me pondrá en mi lugar, y todos los enchufados que ahora triunfan serán olvidados, mientras que mi recuerdo perdurará gracias a mis obras de arte.
Aprovechamos que una señora preguntó el precio para huir discretamente.
Buenísimo…..nuestra casa nuestro interior personal…todo necesita buenos cimientos. Un beso
En sentido metafórico, nos vienen bien unos ladrillos. En sentido real, no tanto…
Esta entrada es casi real. No eran ladrillos lo que vendía, sino otra cosa, pero la conversación fue muy parecida, y me quedé bastante descolocado. Me daba la sensación de estar dentro del ‘blog’, y claro, no lo pude dejar fuera de él.
Saludos.
Hay muchos genios desaprovechados y sueltos por la vida, es mas creo que todos llevamos un genio dentro de un tipo u otro. No se porque me has recordado a Van Gogh.
Que tengas un buen día
Van Gogh, ése sí que era un genio. Me encanta. Es una pena que llevara la vida que llevó. El mundo aún no estaba preparado para lo que hacía.
Saludos.
En este momento, el triunfo de la mediocridad es evidente.y este artista lo ha comprendido, pero piensa en su triunfo futuro, en la inmortalidad… ¡Qué tío más optimista!
Un abrazo Alan
Que triunfa la mediocridad y el enchufismo no necesita demostración. Optimista, desde luego que es, y tiene mucha confianza en sí mismo. ¿Demasiada? Me parece que sí.
Saludos.
Lamentablemente los cimientos de hoy en día se hacen a millones, los internos (personales) y los externos (donde nos sociabilizamos) por eso creo que este artista tendrá una vida pobre y un reconocimiento tardío, nadie reparará en lo que hace hasta que deje de hacerlo.
Somos muy crueles los humanos…
Saludos,
Yo creo que nunca tendrá ese reconocimiento, pero es que me pregunto si merece la pena hacer así «los mejores ladrillos del mundo». Creo que hoy día todo vale como arte, y que se mezclan muchos conceptos; no es lo mismo artista que artesano, por ejemplo.
En fin, triunfar es muy difícil, y hay que tener mucha autoconfianza para lograrlo, pero tal vez debería aplicar su inteligencia, sus recursos, y su maña, en otro tipo de «arte» que fuera más «apreciable».
Saludos.
Que bueno! nunca se me habría ocurrido nada semejante!
besines
A mí sí. 😛 A ti se te ocurren otras cosas. 😀
De todas formas, esto está sacado de la vida real, sólo cambié el producto y el proceso de fabricación. No tuve que pensar mucho.
Saludines.
Esta persona me parece un gran optimista si señor así hay que ser aunque la gente salga huyendo moral que no falte y la artesania que tienen estos ladrillos que no vale?
Eres único osito, vaya imaginacion la tuya ajaja
🙂 😀 😆
Saludos.
Buenos dias.
Es muy culto y lleno de positividad El inmortal.
Pasa una y muy feliz semana
Saludos
Sí, moral no le falta.
Feliz semana para ti también.
Saludos.
Por cierto no pasé por Valladolid, fuimos directos desde Torrelavega a Burgos, lo contrario hubiese sido retroceder, no crees? íbamos dirección Madrid,
Me lo imaginaba, pero por si acaso… (o para la próxima…) 😀
Bueno pues ….no se …me quedo un poco pensando que…era un buen producto si…realizado artesanalmente pero no una obra de arte…no?? porque no había creatividad, habia trabajo hecho con sus propias manos y con materiales de calidad aderezado con tiempo y con mucho cariño…. y siendo un ladrillo…discrepo que aun cuando muriese eeste pobre hombrecito sus ladrillos ganasen en reconocimiento…aunque todo puede ser…somos así de absurdos….yo si pudiera le daría un consejo…que si sabe trabajar tan bien la arcilla..hiciese algo mas creativo así tal vez no se…le iría un poco mejor no crees??…yo por muy bueno que sea un ladrillo….por muy bonito que sea un ladrillo…para que quiero un ladrillo?? de sujetalibros?? con varios y a diferentes alturas una improvisada estanteriaaaa???? de portalapiceros clasificador?? ummmmm…espera que sigo pensando…te dejo besitos mientras tanto…con alas…claro…..como florero con compartimentosss???

Por fin alguien dice lo ridículo del «artista» éste. ¿Puede un ladrillo ser una obra de arte? Estamos tan acostumbrados a que nos digan que es arte algo que no nos lo parece, que ya nos creemos cualquier cosa en ese terreno.
Pero claro, él se cree genial, y no tiene nadie sensato cerca de él que lo quiera de verdad y le saque de su error. Y así malgasta recursos, tiempo y energías en hacer algo que no sirve para nada. Porque el mejor ladrillo del mundo sirve exactamente para lo mismo que uno normalito, y cuesta mil veces más. Y no podemos decir que tenga otros valores, aparte de su utilidad.
Sigue pensando. Si encuentras una aplicación interesante, nos la cuentas. 😛
Saludos.
Un ladrillo a simple vista no tiene utilidad para quien no se la sabe dar.
Ahora hay calefacciones en las casas, radiadores, bolsas de agua caliente, mantas eléctricas… etc… Cuando no había estas modernuras la moda para no pasar frío consistía en meter un ladrillo en el horno de la cocina de carbón y al sacarlo envolverlo en una tela, no veas lo que guarda el calor.
Echas la vista atrás y no hace tanto tiempo de su uso. 🙂 Lo mismo el señor del ladrillo tiene un futuro prometedor, o tal vez ya lo tuvo. 🙂
¿No has oído hablar de «la crisis del ladrillo»? Este señor llega en el peor momento. 😛
La utilidad de un ladrillo es independiente de su calidad, siempre que cumpla unos mínimos. Con el planteamiento que tiene, dudo que tenga un futuro prometedor, o que lo tuviera alguna vez. 😀
Saludos.
¡Ja,ja,ja! Me ha encantado la arcilla del Peloponeso. El hombre, desde luego, es un artista.
Si ya lo dice él, todo un artista de los mejorcitos.
Ya te digo yo que artistas tan grandes podemos contarnos con los dedos de una mano. 😆
Saludos.
Alan, como soy una contreras, te diré que me encantan los buenos artesanos, desde los que hacen ladrillos, hasta los que fabriquan muebles…pasando por todos los oficios. Quedan tan pocos! Y me gusta cuando uno está orgulloso de su trabajo. Provengo de una familia de arquitectos, muchos, y siempre me han dicho que sin buenos artesanos, el proyecto del arquitecto se quedaría en un cajón. Total, me he enrollado! Para concluir tengo que reconocer que tu artista callejero es in-so-por-ta-ble! Le puede la tonteria y la vanidad!
Un abrazo,
Está bien que todos se sientan orgullosos de su trabajo, y la artesanía ha sido muy importante, y aún hoy tiene su lugar en el mundo. Pero hay que tener los pies en el suelo y ser un poco realista respecto a lo que hacemos y a nuestras posibilidades. Lo ideal es ser consciente de nuestros puntos fuertes y débiles, y no creernos más que nadie por lo que hacemos o dejamos de hacer.
Yo también tengo mucho que ver con la arquitectura.
Saludos.
Todo parece muy bueno, lo que no me convence es que tanto esfuerzo para hacer unos ladrillos que pueden encontrarse en cualquier lado? mientras leía solo pensaba y que se puede construir con ellos?. Con tantos recursos e ingenio no podría fabricar algun producto «exclusivo»? algo que nadie más haga… no reside allí el genio del artista en lo «único» e irrepetible? Sin embargo con lo que eligio fabricar eso no se nota por ningún lado… yo que tu le hubiera dicho, y le habrias hecho un favor inmenso Alan…
Un abrazo.
En efecto, es ridículo, y eso hace que el vendedor también sea ridículo. Ya he dicho en otros comentarios que esto lo he sacado de la realidad cambiando el producto (y el proceso de fabricación, claro, pero la frase de «cuando me muera, como a todos los artistas» es verídica). Yo no era quién para sacarle de su error. Es más, no me habría creído, pensaría que soy uno más de los que están en el mundo para impedirle triunfar.Tal vez me tildaría de envidioso.
Saludos.
Pues vaya tostoncete que le sopló el amigo…vamos que voy yo paseando y me encuentro un vendedor de ladrillos tipo top-manta, y la cara de pánfila no me la quita nadie 😳 ¿qué sentido tiene, por muy artesanal que sea y si encima no te resulta rentable? ese «arte» no lo ve nadie más que él, los demás que no entienden de calidades ni medidas…ven un simple ladrillo. Es como esos cuadros espantosos de gran valor …de esos astractos, que parecen que han fogado sus berrinches lanzando cubos de pintura desde lejos…y que sin embargo tienen mucho valor..¿valor? pero si eso lo hace mi sobrina de 8 años! y mucho mejor! 🙂 es algo que nunca entenderé…
El valor de las cosas solo lo reconoce aquel que lo elabora…los demás no lo aprecian…
Vamos que yo me decantaría al ver «el puestecito» de ladrillos…que ahí deberían haber bolsos (cómo me gustan!) oooo…..¿eran bolsos en forma de ladrillo? oooooooooo…..a ver si resulta que vendía los famosos ladrillos que llevaba en el bolso Margarita 6 dedos, para arrearle a los paparachis!!!!!! jajajajjajajaj juasssssssssssssss…..me parto….qué imaginación la mia..no me hagas caso osito…son las calores.. 🙄
Bueno …esperar toca..a ver que pasa..muakkkkkkkk!
Te puedes imaginar la cara que se me quedó cuando el fulano en cuestión me largó su perorata.
Aunque en realidad sea un personaje ridículo, la reflexión sobre el arte moderno está implícita, y esa no es ridícula. ¿Te extrañaría ver un ladrillo en un museo de arte moderno? Seguro que no.
Toca esperar… ¿a qué? ¿A que se muera? Como luego valgan millones me tiraré de los pelos por no haber comprado ninguno. 😆
Saludos.
Toc, toc…¿se “pede”?
Bueno osito, a lo que vengo…
…espera que me recompongo un poco 🙂
¿estoy mona? jjjjjj…
Pues eso…que te deseo una feliz tarde…
Un pedazoso de besoso doradoso 😉
Locos charlatanes hay por todos lados. Debe estar loco para dedicar tanto tiempo a algo con lo que no se va a ganar la vida, no sé porqué pero me siento identificada. Soñar con que cuando se muera descubrirán que es un genio… pobrecito mío ¿y quién lo disfrutará entonces sus herederos?
Charlas las que se montan siempre en tu blog ¿eh?
Abrazotes suaves
Pues sí, tenemos bastante buen ambiente por aquí, y no sabes lo que me alegro… 🙂
Cuando dijo que no lo reconocerían hasta que se muriera, no lo decía como si fuera su sueño. Hablaba con pesar, sintiendo no ser reconocido antes. Me refiero al vendedor que me inspiró la historia, y por extensión al que acabas de leer.
Lo que me dio pena es que nadie le abra los ojos, que nadie le diga que haría mejor dedicando su talento a otra cosa…
Saludos.
Bueno quien sabe el mundo esta cada vez más loco y en una de esas…jajajajajaja algun personaje de los que siguen como borreguitos podría proclamar que en efecto los dichosos ladrillos son una obra invaluable. ¿Absurdo? si ¿Posible? mmmhhh 🙂
Desde luego, cosas más raras se han visto. Absurdo, pero posible. Depende mucho del cuento que se eche y de los contactos que tenga.
Saludos.
A mí no me extrañaría nada encontrar uno en un museo de arte moderno. Un beso.
Ni a mí. Por eso no visito los museos de arte moderno. 😛
Saludos.
Cada uno ve el arte en algo distinto. No te extrañe que venga un espabilado y decida que esos ladrillos tienen que estar en el Thyssen, que entonces así se hará. Mientras tanto, el autor sueña con su obra, para quién quiera verla.
Besitos azules
Ana
De momento, hasta que no pase la crisis, estamos a salvo. Seguro que no hay presupuesto para adquirir nuevas obras. Nos hemos librado. 😛
Saludos.
Ya podían tener esa filosofía todos los obreros de la construcción. No quiero ni recordar la pesadilla que fue remodelar mi piso. Todo lo que hacían siempre lo hacían mal… Un saludo.
P. me puedes mandar la dirección de este artista?
¿Y por qué limitarlo a los obreros de la construcción? ¡Ojalá todos pusieran empeño en hacer bien su trabajo! El mundo iría mucho mejor.
No obstante, hace falta un poco de sentido práctico. Pretender alcanzar la perfección absoluta cuando no es necesario es contraproducente.
Saludos.
P. Si le vuelvo a ver, se la pido.
Toc toc…mira lo que te traje…no es para que lo pongas en el salón..no es para tanto..jjejjej…lo pego en la nevera que es donde mas lucen estas obras de arte …y va rubricado con todo mi cariño….muakkkkkkkkkkkkkk

¿Es tuyo? ¡Está genial! Me encanta… 😆
¡Gracias!
A mí me ha parecido de lo más irónico, el título : El inmortal…
Que sepas que has contribuido a la fama del artista del ladrillo perfecto, que desde que es un protagonista de los Mitos Revisados, le llueven ofertas por su obra… ; -)
En una conversación sobre esto del arte moderno ( me indigna que se considere arte algo como el tiburón de Damien Hirst) , llegamos a la conclusión que sólo el espectador, el que mira el arte y le conmueve, es el que realmente lo convierte en arte.El proceso requiere de esa bi-direccionalidad.Después esta todo lo que de » negocio» lleva asociado…
Un abrazo.
NB:De lo que estoy segura es que este señor se lo pasa de maravilla, cada vez que crea uno de sus ladrillos perfectos…
Como puedes imaginar con esta entrada, soy muy crítico con el «arte» moderno. Hay opiniones para todos los gustos. Para unos, el arte está en el objeto; para otros, está en el creador de la obra y en la intención con que lo hace; por último, están los que opinan como tú, que es el espectador con su experiencia el que lo convierte en arte.
A mí, personalmente, me cuesta mucho separarme de la primera idea: un valor artístico de un objeto (un cuadro, por ejemplo) no depende del que lo ha pintado, ni del que lo ve. Un Van Gogh no es bueno porque lo pintara van Gogh, ni porque te guste al verlo. Lo que pasa es que Van Gogh pintaba muchos cuadros buenos, y además hay mucho que hablar en las sensaciones que producen las obras de arte en el espectador. Pero no cabe todo eso en un comentario.
Saludos.
¿Sabes qué, Alan?, que aunque Leha haya pensado algo muy parecido a lo que venía pensando yo mientras leía tu historia, y haya llegado antes, no voy a intentar ser ocurrente y decir algo distinto, ¡es que Alitas y yo pensamos parecido en tantos temas! 🙂
Una obra de arte es precisamente tal por ser única, ¿qué artista ha escupido o pintado varias veces la misma obra?
Así que sintiéndolo mucho por el artesano… por bien hechos que estén esos ladrillos, obras de arte precisamente no lo son.
Pero bueno, puede que pase a la inmortalidad por otros motivos… que le muerda un vampiro, por ejemplo, jejeje
Nos hemos cruzado, estabas en mi espacio, mientras te estaba leyendo 😉
¡¡Escupido NOOOOOOOOOOO, por dios!!! jejejejeje
Sería muy complicado escupir obras de arte!!! jejjejejejejee
Voy a dejar la errata, que, ademas de graciosa, viene a cuento, porque podría decirse que te ha traicionado el subconsciente con lo que realmente piensas de algunas llamadas «obras de arte». 😆
Cuando escribí esto elegí los ladrillos precisamente para que quedara claro que no eran obras de arte. Para mi sorpresa, muchos han asumido que sí lo eran, sin más. Ha sido muy interesante, como un experimento sociológico involuntario.
Otro ejemplo: Que beba del Santo Grial. Un, dos, tres, responda otra vez. 😛
Saludos.
Yo también procuro desaparecer cuando me llega un aviso de búqueda, jejeje


Llevo un veranito «que-pa-qué» y lo único que me apetece ahora es un poco de
Qué?? te apetece un fino cañería?? te invito 😆
Pues me apunto a eso del relax. Y al fino cañería… ¿por qué no?
Saludos.
El se siente un artista en lo que hace y lo que hace es un producto artesanal…vaya si! que se tiene confianza y mucha autoestima para vender algo que no es apreciado por la mayoría de las personas…pero me agrada que se sienta un artista y su ladrillo sea su magnánima obra de arte porque en algún momento alguien encontrara esa maravilla de ladrillo tan perfecto que calzara perfecto en alguna obra y todos hablarán de lo magníficos que son o pueda que suceda lo contrario y sera olvidado…lo importante es que cree en el, abrazos.
Lo cierto es que la frontera entre la artesanía y el arte es confusa. Alguien haciendo cuencos de barro es un artesano, pero si lo que hace son estatuas (no entro en la definición de estatua) del mismo material, ya es artista. Dependerá de cómo sean las estatuas, ¿no? ¿O no?
Lo importante es que cree en él. Lo que me apena es que esté equivocado al creer en él.
Saludos.
Curioso este señor.. si él es feliz así, pues ole, pero yo particularmente no le veo mucho sentido a esperar la recompensa después de muerto, es como el Paraíso cristiano (aunque de que vuelan, vuelan); pero lo que sí le envidio es el amor con el que hace las cosas..
Y qué vendía el hombre de la historia real??
Hacía velas de cera (no de parafina, como él señalaba). Cada molde tardaba cuatro meses en hacerlo. Las velitas no tenían más de 10 cm de altura, y te aseguro que no eran nada del otro mundo. Pero él se tenía por artista y se quejaba de que se lo reconocerían cuando se muriera, «como a todos los artistas». Eso es literal.
Saludos.
Madre mía!! definitivamente cada cabeza es un mundo…
Cuando me pasó creía estar dentro de mi ‘blog’. Obviamente, no pude dejarle fuera…