Tras la marcha de su ex-mujer, Casimiro se repuso relativamente rápido, aunque fue inevitable que la conversación se centrara en él. Nuestro amigo, el que esperaba el fin del mundo —terminé por preguntar su nombre; se llamaba Serafín Dumond, con el apellido francés de su padre—, conocía muy bien a Casimiro, y ya se había encontrado más veces en situaciones parecidas.
Le pregunté abiertamente qué falló en su matrimonio.
— Pues verás… no es fácil de contar. No hubo una única causa. Supongo que podríamos echar la culpa a la rutina, aunque sería una forma de intentar descargar nuestra responsabilidad. Ahora lo veo como el resultado de un proceso. Las cosas fueron cambiando. Yo trabajaba entonces como representante, o comercial, llámalo como quieras. Dedicaba muchas horas al trabajo, y llegaba a casa muy cansado, deseando relajarme.
— Normal…
— Pues ella siempre quería que saliéramos a comprar algo, o a dar un paseo, o a… yo qué sé. Lo entiendo, llevaba bastantes horas esperándome para que hiciéramos cosas juntos, y yo no me negaba, pero… aunque intentaba disimular mi desgana, se notaba. Mi cansancio se interpretaba como falta de interés, como si no me importara lo que ella quería, lo que a ella le importaba.
— Me resulta demasiado conocido.
— Empezaron los problemas en la empresa, y cada vez necesitaba más tiempo para cumplir los objetivos. Corrían rumores de despidos, de recortes, de… Todo eran malas noticias. Yo estaba muy preocupado, con la hipoteca y el resto de pagos, y ella… se preocupaba de si el sofá del salón necesitaba otra funda o de si el color de mi camisa no iba con el del pantalón. Había días que apenas nos veíamos, ni nos hablábamos, ni… No sé.
— ¿Qué hizo ella?
— Primero fue bastante razonable. Si yo estaba especialmente cansado, ella decía que prefería que no saliéramos, pero luego me lo echaba en cara, como si hubiera tenido otra opción.
— ¿Y después?
— Empezó a presionarme. Pretendía que cambiara, aunque no tengo muy claro cómo. Todo se convertía en un problema entre nosotros. Si no hacía nada, decía que no ayudaba en casa. Si hacía algo, resulta que estaba mal hecho, y además a propósito. Según ella, había dejado de importarme, ya no la comprendía, y yo no la quería.
— ¿Y era cierto?
— Te aseguro que nunca hubo otra mujer.
— No he preguntado eso.
— Yo estaba cada vez más perdido, y más agobiado. Mi mundo se convirtió en un laberinto cuya salida no fui capaz de encontrar. Los pocos ratos que dediqué a las escasas aficiones que conservaba también me los echó en cara. Nuestras conflictos fueron en aumento. Al final no hablábamos sin discutir, hasta que…
— ¿Sí?
— Me engañó. Me dolió mucho. Incluso estuve dispuesto a perdonar su infidelidad, pero… nunca la vi tan enfadada. Me gritaba que todo era culpa mía, que yo la había obligado a hacerlo, que… Fue entonces cuando me lanzó la maldición.
— Un momento… ¿No tendrías que haber sido tú el enfadado?
— Comprendí el dicho popular, «además de cornudo, apaleado». Yo no entendía nada, y cuando quise evitar que se fuera… ya era tarde. Pero me gustaría que alguien me dijera qué hice mal. ¿Trabajar? ¿Preocuparme por pagar la hipoteca? ¿Llegar a casa cansado? No pude evitar convertirme en un cornudo en el centro de un laberinto…
¡Qué bien soy la primera!
¿Qué hizo mal Casimiro? No parar la rueda. Creerse la víctima. ¿Realmente la quería, la necesitaba? Cuando necesitamos algo sacamos el tiempo de donde sea. ¿Culpables? Siempre los dos, a partes iguales. Pero antes de llegar a los cuernos… ¿no sería mejor pararse, recapacitar, hablar? En fin… el tema da para mucho y bien lo sabes.
Erre que erre te envía miles de abrazos suaves…
Me alegro de verte por aquí, y encima con abrazos suaves… Todo un lujo.
El tema da para mucho, en efecto. ¿Querer implica necesitar? Querer no es un absoluto, no es «sí te quiero» o «no te quiero», así que podríamos hablar de un «grado de querencia», por llamarlo de alguna forma. Si se pudiera medir el «grado de querencia», ¿qué tipo de gráfica daría? ¿No estaría en valores altísimos durante la pasión del enamoramiento, para luego descender lenta y progresivamente, hasta llegar a estabilizarse y, a partir de ahí, mostrar una tendencia distinta en cada pareja?
En esa supuesta gráfica se marcarían las vacaciones (seguro, para bien o para mal), las discusiones, los problemas, los éxitos y los triunfos, los hijos, y todas las cosas que afectan a la relación de pareja.
Es probable que Casimiro no parara la rueda porque cuando la vio le estaba atropellando.
Erre que erre. 🙂
Nos exigimos mucho, y nos olvidamos de que no es importante de donde vivamos, no es importante como vistamos, que sencillamente nos debemos preocupar por quien me mira. Que menos es más. Que nos pasamos la vida corriendo.
Romper los esquemas y reinventar a Casimiro y la Arpía. Que sean capaces de «compartir» su vida.
Un beso para los dos.. cada uno tiene su historia, y quien somos nosotros para juzgarla. Si lo han sentido así… será así.
:9
Muy cierto, Inspiración: Nos exigimos mucho, y nos pasamos la vida corriendo, sin disfrutarla.
:9
Acabo de leer otro blog que me ha recordado que lo MEJOR está siempre en las pequeñas cosas, en los pequeños actos del día a día…..
Me gusta cuando ante la respuesta de haber o no otra mujer….dice
-«no he preguntado eso»
Es que a veces ni sabemos lo que queremos saber. Qué lío. Pero yo me entiendo. Besos de lunes
Pues si tú te entiendes, me alegro. No sé si tendrá algo que ver con tus misteriosos pensamientos, pero muchas veces lo difícil no es encontrar la respuesta, sino hacer la pregunta adecuada.
Saludos.
¡Pobre hombre! Nos cuesta, como ya he dicho en más de una ocasión, ponernos en el lugar del otro y pretendemos que los demás estén siempre a la altura de nuestras expectativas, de ahí que las decepciones sean inevitables.
Sí, Zambu. Las decepciones se han convertido en inevitables.
Saludos, copito.
Pobre Casimiro, se encontraba dentro de un laberinto sin saber que hacer y… ¿no sería qué intentaba comerse a la harpía?
Un abrazo
Sospecho que la mayoría de las veces se contentaba con que la arpía no se lo comiera a él…
Saludos.
No creo que Casimiro sea una víctima de las circunstancias, más bien creo que ambos se acomodaron y esperaron que se resolviera todo con el paso del tiempo, quizá simplemente miraron para otro lado.
Casimiro no fue capaz de advertir que sólo fijándose en pagar descuidaba el amor, ella sólo quería hacer cosas con él en el tiempo libre de él, no se ocupaba de ella misma así que cuando llegó un tercero, ambos tuvieron valor para discutir sobre su relación gastada.
La responsabildiad es de ambos a partes iguales.
Saludos,
Yo tampoco diría que es una víctima de las circunstancias. Sólo he querido poner dos puntos de vista de una relación y, como ocurre en los casos reales, cada uno ve la historia como le parece.
Hay quien se ha identificado tanto con uno de los dos, que le ha resultado desagradable (dicho en mensaje privado, claro). Hay quien piensa que él era culpable (no con esas palabras), y para otros la mala era ella. Luego hay opiniones intermedias, con matices, del estilo de «ella era la buena, excepto por los cuernos».
Y no lo he querido complicar poniendo hijos. Eso lo dejo para tu ‘blog’. 😀
Una cosa es la culpa, y otra la responsabilidad. ¿Es todo 50%?
Saludos.
Pobre hom,bre. Si que tuvo mala suerte en la vida. Los hay que nacen con mala suerte. Sobretodo al encontrar pareja. Saludos
En realidad Casimiro es una caricatura, con la exageración que las caricaturas siempre tienen.
No creo que esa exageración sea demasiado exagerada, solo lo justo.
Lo de la suerte de encontrar pareja… ¡Casi nada!
Saludos.
Tal y como suena parece una de tantas relaciones que sucumben ante las circunstancias que provoca una eminente vida rutinaria en pareja. Aunque, por cuanto Casimiro padece y no reacciona, (las trifulcas que protagoniza la harpía ante la situación contradictoria que lleva a pensar aquello de: «tras de cornudo, apaleao») da la impresión de haber pecado de pusilanimidad. Si no es así podría pensarse en una clara ley de embudo.
Saludos.
¿Pusilánime? Seguro. ¿Ley del embudo? También.
Es que hay personas que rehuyen cualquier tipo de discusión. Y no pienso discutir eso con nadie.
Saludos.
Hola.
Pobre hombre. Unos nacen con estrellas y otros nacen estrellados.
Pasa una buena semana
Saludos
¿Quién tuvo peor suerte de los dos?
¿Fue realmente suerte?
Saludos.
A Casimiro, le vas a tener que pagar extra, ya que es uno de los personajes que más ha aparecido en los Mitos Revisados. Primero, por maldito. Después, por la arpía y, ahora, de minotauro…
En «El Minotauro» nos dices que «todas» las cosas son susceptibles de ser percibidas de diferentes formas. Un mismo hecho, es interpretado de formas diferentes. Cada persona, su entelequía. Cada historia, su versión. Cada sentimiento, su expresión.
Y, como buen Minotauro, lo que hace el personaje es vivir en el laberinto que le provoca esa disparidad de percepciones ( él/ella) , su obsesión con la maldición y esos cuernos , que encima, lo marcan como apaleado ( aunque sea un Minotauro ; – ) ) Espero que el amante de «La arpía», no se llamara Dédalo… Llámame retorcida pero , con la suerte que tiene Casi, cualquier cosa es posible.
N.B : Serafín Dumond… Aún me sonrío desde que lo leí la semana pasada.
Buenísimo. : – ))
Como de costumbre, la mejor disección es la tuya. Tal vez la lectura más completa, también.
No sé cómo se llamaba el amante de la arpía, ni siquiera si fue algo continuo u ocasional. Pero no se lo voy a preguntar. No creo que esté el horno para bollos…
En vez de llamarte retorcida, voy a retorcerlo yo:
«Con la suerte que tiene Casi, cualquier cosa es posible.»
«Con la suerte que tiene, casi cualquier cosa es posible.»
N.A.: Yo me sigo sonriendo por lo mismo. 🙂
Pero en verdad la quería?? o la necesitaba?? o era la costumbre de tenerla….de comer con ella, dormir con ella, …..la costumbre….que mala cosa..


Imagino que la versión de ella (no me gusta llamarla arpía como no me gusta llamarle a él cornudo) sería bien distinta y también nos daría mucha pena..bueno si mal no recuerdo a grandes rasgos ya lo hizo…se sintió abandonada, invisible…y mira por donde aparece alguien que repara en ella….
En fin…una historia repetida pero no por ello menos dolorosa….Casimiro me da pena por su actitud tan pasiva y pesimista…..y es que nos damos cuenta de lo que tenemos justo…..cuando lo perdemos…¡¡que contrariedad!!
Osito espera que voy jejejje
¡¡¡Yaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!
Lo primero que explica Casimiro es que podría echar la culpa a la rutina. Todo el que se haya visto atrapado por la rutina sabe lo que eso significa.
La versión de ella ya la conoces, de la semana pasada. No creo que ponga más versiones, aunque haberlas, haylas.
Saludos.
Pero ahora me moderas?? ayyy joooo jajjajjajaj…..muakkkkkkk
Pasas a moderación tú solita al poner dos imágenes en el comentario. Yo, más que moderador, soy moderado.
Saludos.
¡Espera, espera, que acabo de empezar a leer y ya me parto contigo!!!
Serafín Dumond, jejeje, el del fin del mundo
Bueno, vuelvo a subir y sigo leyendo…
😀
No me gustaría ser Juez… fíjate como distan las dos opiniones.
Visto así, le diría a Casimiro que está mucho mejor sin ella, así que se olvide del autobús y de esa mujer que lo iba a llevar a la tumba en breve.
Y si hay alguna mujer que se siente identificada con Casimiro, le diría que se busque un hobby, ¡por ejemplo que escriba en un blog! 😉
Y que la batalla cotidiana para sacar la vida adelante es cosa de dos, ya que no aporta un suelto, podría aportar por lo menos un poco de comprensión y ser menos egoísta.
Et viola! :p
Gros bisous!
Mira lo que son las cosas… suelo escribir mis comentarios primero en un documento de word, porque a veces se pierden y toca hacer repetición de la jugada, ¡y esta vez, el word me la ha jugado!
Me ha «corregido» sin yo darme cuenta y me ha puesto un «viola» en vez de un «voilà».
Pa que te fíes de las máquinas, jeje
Sí, «Et viola», y además «aporta un suelto».
No te preocupes por las erratas.
jejejejejeje!!! Caray con las máquinas Sis… Menos mal que solo corrigen y no se ponen en «acción» jejejejeje!!!
>—O—< ¡Muah! ¡Muah! ¡Muah!
Vale… ¿Qué tal si me lo borras y lo escribo de nuevo?
alguna mujer que se sienta identificada con la ex de Casimiro!!!
A ver esta vez… estoy cruzando los dedos…
Emy, ¿qué estás haciendo? 🙂
No te lo quiero borrar, que está muy divertido.
Yo he encontrado una mujer que se identifica con Casimiro, y las demás no se han pronunciado al respecto.
Saludos.
Si prescindiéramos de todas las mujeres que nos hacen sufrir… Además, prescindir de ella también le causaría sufrimientos.
Yo no he dicho si ella aportaba un sueldo o no, y ha sido a propósito. Lo único que se deduce de la historia es que trabajaba menos horas que él, o al menos que no se cansaba tanto físicamente. Su sueldo podría ser mayor que el de Casimiro, ¿no? Que uno se preocupe de unas cosas, o las exteriorice, no depende en realidad de… nada.
El problema de aportar comprensión y ser menos egoísta es que día a día termina por cansar; que un año tiene muchos días, y luego viene otro año, y otro…
Saludos, Emy.
Te había oído, sabes Alan… pero después de acabar de coronarme en el espacio de mi amiga Brisa, no me atrevía a volver a entrar.
Por lo visto ayer no andaba mejor… a ver qué tal me sale hoy 😀
Voy a seguir defendiendo a Casimiro, me he nombrado su abogada de oficio, jeje.
Cuando una persona está estresada y muy cansada por los problemas laborales, que no por placer: obligación y no devoción, si no es su pareja quién le brinda su apoyo, ¿quién se lo va a brindar?
Por otro lado, si uno de los dos (hablo así, sin nombrarlos, porque da igual si es “él” o “ella” quién está en la situación), quiere que el otro sea más cariñoso, no es con reproches que se consigue, eso aleja más.
Cuando el diálogo no da sus frutos, es hora de recorrer al “sistema boomerang”: yo te doy mucho cariño, ilusión, alegría, te digo lo guapo que eres y cuanto te quiero… te doy todo lo que deseo recibir… y la mayoría de las veces, ¡funciona y se recibe a cambio!
Et voilà!
Pues yo diría que te ha salido muy bien. Excelente, vamos. Y no me refiero sólo a la forma, sino al contenido. No puedo por menos que aplaudir a tu enfoque de la situación.
Fantástico el «sistema boomerang».
Tengo muchos años, y sé que tanto para él, como para ella, ha sido un momento duro y complicado, pero deben de aprender a mirar hacia atrás, y ver lo positivo. Han estado compartiendo travesía un tiempo, y ahora, cada uno va a un ritmo, y deben seguir rutas diferentes.
Les esperan los cálidos mares del sur….
Eso deberían hacer: partir, zarpar con distinto rumbo, y que sus cartas marinas no volvieran a cruzarse…
Saludos, Corsario.
Pena, pena, pena. El desconcierto, la impotencia y la sensación de vida maldita
En efecto.
Me alegro de volver a verte por aquí…
Bueno, me parece que Casimiro no busco demostrar que amaba a esta, su mujer, llegaba cansado, pero la abrazaba?, la besaba? le decía: te quiero mi amor…?. Las mujeres nos llenamos mucho con las palabras y los gestos. Quizá era él, muy «seco» con ella?
No puedo evitar ponerme en el lugar de la «arpía» pues soy mujer… (lo siento Casimiro).
Me gusto el relato, creo que cada día escribes mejor.
Un abrazo para ti 😉
Quizá, pero después de 18 comentarios sobre lo mismo (sin contar mis respuestas), nadie ha hablado de demostrar el amor. Pensé que alguien lo diría mucho antes.
¿Cuántas mujeres tienen «arpíos» en casa? No creo que sea cuestión de sexos, aunque es inevitable que floten en el ambiente muchos tópicos.
Me alegro de que te guste cada vez más.
Saludos.
El minotauro, es un fenomeno de la naturaleza, con cuerpo de hombre y cabeza de toro! pero en femenino como sería?
Bueno post Osito, ya me dirás algo vale?
Feliz martes
¿Que cómo sería? ¡Bufff!
Vamos a ver. Resumiendo mucho la historia, Minos había prometido a Poseidón que sacrificaría un magnífico toro. Era tan bueno el animal, que se arrepintió de su promesa, y le dio el cambiazo, sacrificando otro en su lugar, con la esperanza de que Poseidón no se diera cuenta.
Se dio cuenta, claro, que para algo era un dios, y de castigo hizo que su esposa, Pasifae, se enamorara del toro, y como fruto de su amor, nació el Minotauro (que significa «toro de Minos», cuando realmente no era de él).
Ignoro si la expresión «poner los cuernos» como sinónimo de engaño de pareja proviene de este mito griego, aunque tiene toda la pinta.
‘Toro’ en latín es ‘taurus’, y ‘vaca’, ‘vacca’. Puesto en femenino supongo que sería ‘Minovacca’, o simplemente ‘Minovaca’.
¿Te sirve?
Saludos.
Pués con cabeza de vaca, jejejejejeje!!!
A veces, en las relaciones, en vez de andar ambos en la misma dirección, cada uno tira para un lado, y cuando quieren darse cuenta, ya están demasiado lejos para volver a encontrarse, y después en vez de hacer una reflexión , la ira hace que se le eche la culpa al otro.
Gracias por tu amable comentario en mi blog.
Saludos
Ana
Espera que pase la crisis, y verás la epidemia de separaciones que va a haber. Los problemas económicos aumentan los conflictos, pero vivir separados es más caro que vivir juntos, y muchas parejas están aguantándose mutuamente porque no tienen dinero para dejar de aguantarse.
Mi comentario es lo que pienso, no merece las gracias.
Saludos.
Me he leído tus dos últimas entradas seguidas: me ha gustado como mezclas el ambiente de miedo y desconcierto en el primero, algo fantasmagórico y una conversación muy real en el segundo, conversación sobre el desamor que a mi manera de ver es asunto de dos, siendo el laberinto y el minotauro una perfecta metáfora de la situación donde se encuentra encerrado Casimiro, situación no exenta de miedo y claustrofobia.
un abrazo,
Me alegro de que te hayan gustado, a pesar de ser tan distintas.
O acaso no sean tan distintas…
Saludos.
Mira, no por ser cositas por desgracia cotidianas o que les pasan a muchas parejas, van a ser nunca correctas ni mucho menos… Yo pienso que para mantener la salud en el amor y la unión de una pareja cuando se termina el «enamoramiento» hay unas normas que son ‘básicas’ para no caer en el hastío de la rutina y el desencanto, como son por ejemplo, la comunicación, la generosidad ,que no se trata de ceder en todo por ninguna de las dos partes, pero sí de llegar a «acuerdos» para si se mira un mismo puntito, caminar en el mismo sentido: juntos, pero no revueltos y el respeto mutuo, ésto ‘excluye’ por supuesto la traición… Querer es poder, pero no se trata de ‘decirlo’ sino de tener y mantener la «actitud» y en esta pareja falló…
Bueno, es lo que pienso yo, Osito lindo 😀
Pues me parece muy bien pensado, Gatita linda 😀
Pero que, ya voy estando un poquito mucho mejor ¿Eh?
No tienes que preocuparte ¿vale? Un día más de antibiótico para “yeguas” y ya está
Venga, ven aquí,
>—O—< ¡Muah! ¡Muah! ¡Muah!
Sé que enseguida te pondrás bien, aunque sea un rollo tener que cuidarse tanto…
¿Sabes cómo son los abrazos de oso? Pues te mando uno muy fuerte, robusto pero suave, que seguro que te encanta.
Nada es eterno, nadie es imprescindible… 🙂
Alguien me preguntó por qué las mujeres no juegan a juegos de azar, y di una respuesta de sentido común: tienen menos dinero. Es cierto, pero no es la única razón. La mayoría de ellas ya han participado en un juego de azar mucho más impredecible: se han casado.
(Gloria Steinem)
Curiosa la cita, pero no entiendo por qué se refiere sólo a las mujeres: Los hombres también se casan, y es también azaroso para ellos, ¿no?
En efecto, nada es eterno, y nadie es imprescindible.
Saludos, Sonrisa.
Creo que lo escribí antes y lo reitero ahora: me encantan los grises, reflejan lo que realmente somos las personas. Casi-miro de no mirar terminó cornudo y apaleado como escribiste, en una historia que a mi modo de ver no tiene blanco ni negro, porque ella debería llamarse Casihablo o algo parecido. En fin, así es la vida, por eso somos tan complejos
Y entonces qué con el señor del fin del mundo Será-fin??? me encanta!!!
Lo escribiste antes, pero fue en otra entrada.
Sí, Será-fin Du-mond. Me lo preguntó ByPils, y me partía de risa cuando se me ocurrió.
A ver si retomo mi línea cómica, que es la que más gracia me hace.
Saludos.
Bueno no contesto si la quería, aunque quiza eso no importe mucho en este caso , por que si los dos se querian tenian diferentes conceptos del «amor» tal vez para el significaba cubrir todas las necesidades fisicas de ella, y para ella era mas atencion a sus emociones… Creo como lo he meditado desde hace tiempo que los hombres (sin ofender que yo si creo que no todos son iguales gracias a Dios) son mas por lo fisico,lo que se ve, lo tangible y las mujeres (que tambien no es regla) por las emociones por lo espiritual lo intangible.
¿Bueno quien te manda Osito? Nos das cuerda, nos das de lo que nos gusta hablar, lo que yo me pregunto es como le haces para leer tanta cosa y ademas contestar. Me atrevería a asegurar que vas a 3 comentarios por minuto. Con esas lindas patitas quien diria que eres tan veloz. 🙂
Saludos
😀
Yo creo que sí se querían, pero su amor estaba bastante anestesiado. Es un tópico que el amor masculino es más físico, y el femenino más mental. Como todos los tópicos, tiene el valor de lo estadístico.
Algo que da para muchas reflexiones es el grado de dependencia de cada persona enamorada. El grado y el tipo.
¿Que quién me manda? Nadie, pero lo estáis deseando… y me encanta. Lo disfruto.
Los comentarios los leo muy despacito, a menudo varias veces. Suelen merecer la pena. Por eso a veces tardo en contestar, y en comentar en los ‘blogs’ que sigo. Ahora mismo tengo 15 entradas vuestras pendientes, todas de ayer y hoy, pero seguirán pendientes, porque tengo que preparar la mía de mañana. A ver si con estas lindas patitas tardo poco en escribirla.
Saludos.
Hola Osito, ya tenía mono de saber cómo seguiría la historia de Casimiro. Pienso que sí que la quería, claro que sí…que estuvo enamorado de ella, pero que..el tiempo apaciguó su vida, llegando a caer en la rutina diaria. Se preocupó demasiado por alcanzar esas metas que quizás pensaba que serían perfectas para lograr su felicidad completa, y cuando se quiso dar cuenta, todo se fue a pique. Ella, también lo quería…pero, se cansó de esperar y sin querer encontró esa atención y el afecto que tanto necesitaba en otra persona.
La culpa fue del sofá y la tele, que anuló el diálogo y la comunicación entre ellos, el poquito tiempo que tenían para estar juntos jejejej (bueno, ésto es bromita mía, pero..no es tontería)
Estoy intentando volver osito, veremos a ver si ahora la gripe me deja…

Te he preparado un rico desayuno, mira:
Un besoso amoroso para tí.
Hace tiempo desterré el sofá y la tele. La tele no me apetece, y para el sofá… apenas tengo tiempo. No es ninguna bobada, pero no es la causa, sólo su manifestación.
A veces nos encontramos atrapados en situaciones que no son fáciles de romper. Y no tiene por qué deberse a ambición personal.
Demasiado desayuno para uno solo. ¿Te apuntas?
Saludosos.
Escapar de un laberinto no es nunca fácil, ni aunque te lo hayas construido tú mismo.
Creo que es uno de los relatos más redondos que he leído de ti.
¡Saludos!
Escapar no es fácil. Si además estás en un laberinto… Primero hay que reconocer que estás atrapado y quieres huir.
Me alegro de que te haya gustado.
Saludos.
¿Donde está la entrada de miedo? que la vea antes de perderme!! esque soy muy tonta Alan, un besito osito me avisas vale?
Los miedos salen por la noche. Un poquito de paciencia, que la están peinando…
Ajajaajajajajaja que me parto me has hecho reir gracias ajajajajaaaa con Pájaro Mosca ajajajajajajaaa mira otro sinonimo de picaflores, cataollas ajajajajajajajaa oye no te me enfades que para ti no va la cosa ajajajajajaa, esque las mujeres somos muy malas ajajaa
Ay amigo!! lo que has escrito es tan común en esta vida diaria. Matrimonios y parejas que se desintegran por la rutina, cada uno exige del otro el amor, la comprensión, el ser escuchado…y vienen las infidelidades no sólo físicas, también de pensamientos…un abrazo que ya se me hizo tarde.