26.- La maldición.

Mientras mi interlocutor hablaba me puse a pensar qué ocurriría si realmente se acabara el mundo. Nadie quiere, sería un desastre, y la mayoría preferimos seguir teniendo nuestras vidas, pero… ¿qué ocurriría?

Si hay vida después de la muerte, el fin del mundo supondría el principio de esa nueva vida para toda la humanidad. Serían, en general, buenas noticias. Si no hay una vida posterior tampoco sería demasiado problema. Todo terminaría, sin más. Digamos que se acabarían las preocupaciones. No sería tan grave, ¿no?

Entonces, ¿por qué nos asusta tanto esa idea? ¿Será una manifestación de nuestro eterno miedo a los cambios? ¿Será porque algo así es irreversible? A menudo tememos la muerte por el sufrimiento que dejaríamos en nuestros seres queridos, pero con el fin del mundo eso no sería así.

Aquel hombre me miraba como intentando leer mis pensamientos. No creo que lo consiguiera, pero su voz los interrumpió.
… ella le lanzó una maldición.
— ¿Tiene algo que hacer?
— ¿Ahora? La verdad es que no. Es decir, me gustaría levantarme temprano, pero… ¿por qué lo pregunta?
— Me voy a reunir con algunos conocidos. Si le apetece, podría venir y unirse al grupo.
— Pero no los conozco de nada…
— Eso no importa, se lo aseguro.

Tal vez debí rechazar su ofrecimiento y acostarme, pero no lo hice. Me resultaba tentador conocer qué tipo de amigos tendría una persona así. Fui con él hasta una esquina, un cruce entre dos calles donde había quedado con Casimiro, quien no tardó en llegar. Fuimos convenientemente presentados.

Su rasgo más destacable, a pesar de su extrema delgadez y sus rasgos demacrados, era su estrabismo. Si su ojo derecho miraba de frente, el izquierdo apuntaba hacia la izquierda. Eso es algo que siempre me desconcierta mucho, porque no sé hacia dónde mirar. Me gusta hacerlo a los ojos cuando hablo, pero en un caso así estoy incómodo.

— Casimiro tuvo una relación con una mujer hace tres años, y cuando terminaron… ella le lanzó una maldición.
— ¿Una maldición? ¿De qué tipo?
— Una tontería en realidad, pero él no ha podido superarlo. Le dijo que siempre que viera un autobús, se acordaría de ella. Se lo dijo tan claro y tan remarcado que, después de decírselo, la primera vez que vio un autobús, efectivamente, se acordó de ella. Y la segunda, y la tercera, y todas las demás. No lo puede evitar. Y eso le quita el sueño, y las ganas de comer. Daría lo que fuera por olvidarla, por ver un autobús y no relacionarlo con ella, pero cuanto más lo intenta, peor.
— Sí es extraño, sí. No sabe cuánto lo siento. Me temo que no puedo ayudarle, no sé cómo…

Se había obsesionado con aquello, pero creo que no lo estaba tratando de la manera adecuada. Lo suyo no era una maldición cualquiera. Sin embargo, cuando lo conocí, pensé que lo que tenía era un mal de ojo.

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Acerca de Alan Rulf

Alan Rulf es el pseudónimo que recoge mi faceta de escritor, para separarla de otros intereses y aficiones.
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64 respuestas a 26.- La maldición.

  1. Interesante giro de la historia. Curiosamente el protagonista se va haciendo cada día más amigo de aquel hombre, que vaticina el fin del mundo.
    La recomendación para Casimiro, ante las maldiciones, como ante todo en la vida, es plantarle cara. Aceptar que la vas a recordar, y dejar que ese recuerdo conviva contigo, sin inquietarte. Cuando no hay ganas de comer, un actimel. Y cuando no se puede dormir, planchar ;).

    En cuanto a maldiciones, está esa famosa china, de que se cumplan todos tus deseos.

    No creo en las maldiciones.. es igual que la suerte, es nuestra mente, que no se quiere despojar de los recuerdos.

    :9

  2. Buenos días osito…pobre hombre el Casimiro (jaja, me ha hecho gracia el nombre…porque según tu descripción por lo del ojo…va muy acorde) supongo que le era irremediable acordarse de su mujer cada vez que veía pasar un autobús. Basta con que te digan algo para que no puedas evitar recordarlo…eso es algo que nos suele pasar a tod@s. ¿Lo del mal de ojo? bueno…pudiera ser que fuere… no digo que no. Yo tampoco creo en las maldiciones…pienso que, cada cual recibe lo que se merece tarde o temprano, la vida nos pone en nuestro sitio…
    Te dejo un beso dorado y el deseo que pases una bonita semana..Remuakk!

    • Alan Rulf dijo:

      En mi opinión, el poder de las maldiciones y del mal de ojo (que creo que son un tipo de maldición) está en la sugestión humana, y lo he querido dejar claro en esta maldición tan absurda y, sin embargo, eficaz. No tiene nada de sobrenatural.

      Feliz semana para ti también. 🙂

  3. aslaram dijo:

    Bien por tu post.
    Creo que tiene bastante con lo que pasa y siempre encontramos que otras personas nos envian energías negativas por nuestros actos, lo cual se recargan de más negatividades, tanto en la maldicion como el mal de ojo.
    Sobre el vaticinio, si creo. Pobre Casimiro, que no pudo soportar estar aguantando y recordando la maldicion cada vez que veia un bus; un ojo pa’lla y otro p’aca.
    Pasa una buena semana
    Saludos

    • Alan Rulf dijo:

      Cuando lo escribí no me planteé que su estrabismo pudiera estar causado por la maldición, pero tiene bastante sentido que sea así. 😀

      Saludos.

  4. mensnudum dijo:

    Hace poco vi un documental que versaba sobre las vibraciones que emitimos y según son, así atraemos. Es decir, si vibras en positivo (energías o como le quieran llamar) atraes personas en esa misma sintonía y a la inversa también.

    El miedo a morir y dejar dañadas a las personas que queremos es algo que he vivido hasta hace unos días pero si moriremos todos, no cabe. Es cierto. Ahora ya tengo reflexión para unos días…

    Saludos,

    • Alan Rulf dijo:

      A mí no me gusta hablar de energías, y mucho menos positivas o negativas, porque la energía es un concepto de la física que se refiere a algo muy concreto, y medible, algo muy distinto a lo que se designa cuando se habla de «energías» en este contexto.

      Reflexiona si te apetece. 🙂

      Saludos.

  5. zambullida dijo:

    La muerte, aunque tengamos fe en la otra vida, suele causar un cierta angustia por esa manía nuestra de tenerlo todo bajo control y la muerte, me temo, se nos escapa. Yo no la temo, pero como estoy aquí, de momento, me dedico amar la vida que es lo único que tengo.

  6. Hola Alan, yo no creo en las maldiciones ni en el mal de ojo ni en dios que lo fundó, si esto fuese cierto más de uno tendria un ojo mirando al norte y el otro al sur, eso te lo digo yo!!
    Y sino mírame a mi es una maldición tener problemas con mi blog? etc etc’ .
    En cuanto a tu relato, veo que tu imaginación no tienes límites eso es muy bueno para seguir adelante con lo que te gusta tanto hacer, escribir.
    Un beso osito blanco
    P.D. me hubiese gustado mucho saber tu opinión sobre mi post, pero en fin eres libre.

    • Alan Rulf dijo:

      Ya he puesto más arriba que para mí las maldiciones toman su fuerza de la sugestión, y si no crees en ellas, no pueden hacerte daño.

      Mi imaginación sí tiene límites, seguro. Supongo que algún día los encontraré. y trataré de cruzarlos. Entonces será la leche… 😛

      P.D.: te comento en un mensaje privado.

  7. Mercedes Molinero dijo:

    Pobre Casimiro, aunque con el nombre que tiene no me extraña lo del ojo.
    Nos dejas a todos tus lectores con la incógnita e historias anteriores. ¡No vale! estaba esperando saber como terminaba, el niño, tu abuela, etc… y ahora recuperamos a Casimiro «el de la mirada extraviada»
    Un abrazo

    • Alan Rulf dijo:

      Mercedes, tú te has enganchado a mis miedos, pero eso es los jueves (y ya lo sabías). Los lunes tocan «Mitos revisados», que también lo sabías. Y además, si escribo algún «cuento vigesimoprimosecular», lo publicaré el día que menos esperéis.

      Es que soy un oso muy ordenado. Cada cosa en su momento. 🙂

      Un abrazo.

  8. flori dijo:

    Pensando acerca del fin del mundo y luego te presantan a Casimiro, que te deja con la mirada extraviada y encima con semejante problema… yo le hubiera dicho que para que no le moleste ver el autobus que se reconcilie con la mujer, jeje.

    Muy bueno Alan, muy gracioso.
    Un abrazo.

    • Alan Rulf dijo:

      Me da en la nariz que su mujer es de cuidado, pero ¿quién sabe? Es posible que llegue a conocerla… Si es así, lo sabréis.

      Saludos.

  9. Me vuelve loca tu juego de palabras (pero me encanta) es lo tuyo definitivamente, Casimiro, con estrabismo, y con mal de ojo jajajajajaja… muy bueno.
    Muchas veces nos predisponemos a ciertas cosas y no por que necesariamente, nos «echen una maldicion».
    Si hay vida o no después de la muerte, es la pregunta que la mayoría se hacen, y es por que romanticamente han escrito inmortalidad en nuestros corazones.

    P.D Te acordaras de mi cuando veas pasar… mmmh…un avion jajajajajajajajaaaa 🙂
    …..¿Será? 🙂

    • Alan Rulf dijo:

      ¡Candy! ¡Las maldiciones humanas no funcionan con los osos! Además, no se puede hacer así, en broma…

      Me acordaré de ti sólo con los tres primeros aviones que vea. Después se acabó. ¿Vale? 😀

  10. Morgana dijo:

    ¡¡Hola Alan!!
    Estoy ausente por motivos de salud,pero me he escapado para leer tu interesante historia.La verdad es que hay personas que se sugestionan demasiado y el poder de la mente es extraordinario..aunque lo del estrabismo no creo que tenga nada que ver con la maldición,pero he de decirte que sí he conocido personas que han sido tocadas por el mal de ojo,te lo puedo asegurar.Son personas envidiosas y con malas artes que desean lo que tú eres y transmiten toda su energía negativa hacia tí ,si por ende eres una persona muy sensible estás absorbiendo esa negatividad.
    Besos y hasta pronto.

    • Alan Rulf dijo:

      Espero que te recuperes de todo. Te agradezco el esfuerzo de venir en esas circunstancias.

      El estrabismo sólo tiene que ver con el juego de palabras. Lo demás, en mi opinión, es sugestión, aunque estoy convencido de que, en algún caso, habrá sucedido una cadena de casualidades que hará parecer que es otra cosa.

      Hasta pronto y bien.

  11. winnie0 dijo:

    Justo hace un par de días escribí algo para mi. Para mi interior. Pero tu entrada de hoy…me lo ha hecho recordar. «No temo a la muerte, eso no quiere decir que la desee ni mucho menos….pero en «aquel lado» hay personas que amo TANTO que sé que estaré bien.»
    Mientras…viviré a tope Alan. Un beso

  12. Emy Tecuento dijo:

    Como llego tarde, ya se ha dicho todo lo que cabía en cuanto a la mirada extraviada de Casimiro y su mal de ojo, jeje, ¡has estado particularmente ingenioso!
    Tampoco me da miedo la muerte en sí, pero la mía. La de mis seres queridos me produce pánico.
    Supongo que los que tenemos hijos deseamos una larga vida para ellos, y conocer el fin del mundo, significaría el fin sus vidas también.
    Por muy humanos que seamos, poseemos el instinto de supervivencia de la especie, como cualquier oso… o cualquier sirena 😉
    ¡Feliz semana, Alan!

    • Alan Rulf dijo:

      Aunque nos pese, el hombre (y la mujer, que luego le sacáis punta a todo) sigue teniendo mucho de animal. Por mucho que razone, luego van los instintos y hacen que se le vea el plumero. Desde el cariño, pero el plumero. 😉

      Feliz semana, Emy.

  13. bypils dijo:

    Me ha encantado tu «mirada» en este relato … Cómo dice Candy, eres bueno haciendo jugar las palabras… Confieso, que siempre busco esos juegos…
    Esta vez, nos planteas una reflexión sobre el Fin del Mundo y dejas el aperitivo de «La Maldición» que supongo, será el entrante del menú del lunes que viene. De nuevo, me quedo en suspenso… Esperando como todos tus lectores… Y te encanta ; – )
    Respecto al Fin del Mundo…no tengo expectativas. Sólo espero que si me toca por aquí, la cosa sea rápida e indolora ( tipo meteorito ipso-facto) y no me quede en un mundo de supervivientes que luchan contra mutantes y todas esas cosas…Me he dejado llevar por mi parte cinéfila, lo siento.
    Aunque sea repetitiva, y casi diga lo mismo cada lunes, ha sido un placer leerte este lunes.
    A la espera del siguiente lunes, se despide atentamente,

    Una lectora de lunes y… jueves.Pero esa es otra historia. ; – )

    • Alan Rulf dijo:

      Es que me encantan los juegos… (de palabras, con los lectores, y todos los que se me ocurran).

      No tenía previsto un «desenlace» la semana que viene, aunque alguna referencia es inevitable. Pero, si la estás esperando, no podré defraudarte…

      Respecto a hacer esperar, como escritora sabes que hay una técnica para enganchar al lector, que consiste en hacer que los capítulos no coincidan con la acción, sino que estén desfasados, de manera que el capítulo termina cuando la acción está en el punto álgido. El paso de una escena a otra sucede en medio del capítulo, donde nadie deja de leer. El resultado es que no puedes dejar de leer hasta que terminas el libro.

      Para que el fin del mundo sea efectivo, tiene que ser total. Con dos que quedemos (fértiles) se repetiría la historia, nunca mejor dicho.

      Has visto Mad-Max demasiadas veces. 😛

      Hasta el jueves… 😀

      • Ajajajajaj que pillín eres todo lo que has explicado es verdad a mi me ocurre, no puedo dejar de leer capítulo a capítulo, prefiero descansar antes de que llegue a ese punto sino no me muevo del sillón ajajjaa.
        ¿has visto que sorpresa, nos hemos llevado nuestra Sister, más jovencita apareció yaaaaaaaaaaaaaaaaa

        Besitos mil reguapo!!

  14. Emy Tecuento dijo:

    ¡No le he dado a la casilla “recibir siguientes comentarios”, así que reitero mis buenos deseos!, jejeje

  15. Ya te lo han dicho todos (¿todas?), ingenioso el relato y el juego de palabras. Percibo últimamente demasiado fatalismo en tus relatos. ¡Deseo que a alguien le pase algo bueno! . Para mí ni es una maldición ni un mal de ojo…es mala leche de la mujer (aunque igual tendría sus razones). En cualquier caso, el paso del tiempo le librará de la asociación de ideas. Es cuestión de que llegue otra más sugerente y lo «bendiga».
    Saludos.

    • Alan Rulf dijo:

      Pues sí, de momento han sido «todas». No sé dónde se esconden los chicos…

      Sabes que mis relatos de mitos suelen tener al menos dos lecturas. Es evidente que lo de hoy no es una maldición… o sí, según se «mire». Me ha encantado lo de la «bendición».

      ¿Fatalismo? ¡Oído cocina! Lo tendré en cuenta.

      Saludos.

  16. Pssst… Buenos días mi querido osito.
    ¿Sabes? Muchas veces he pensado que cuando los leones se comían a los primeros cristianos, yo no sufría, porque no estaba… Tengo el hábito de sufrir por los demás (conmigo misma soy más fuerte) y hoy sufro por otras cosas, los que pasan hambre y… Bueno, no me voy a poner a enumerar; que no se trata de eso… Lo que quiero decir con ésto es con que una «marcha colectiva» yo ya no sufriría antes pensando en los que dejo y ellos ya tampoco ¿A qué sí?
    Pero como eso no va a pasar… Lo sé… Me voy con Casimiro, que con él has conseguido que me parta de risa ya nada más abrir el P.C.
    Jejejejejeje!!! Tiene delito eso de tener la mirada distraida entre el estar y el ir y llamarse Casi-miro como para que además le caiga cualquier otra maldición, pobrecito!!! Solo faltaba que viera doble al autobús y tuviera que acordarse de su mujer 2 veces, jejejejejejeje!!! Pa vernos matao!!! y no necesitar del fín del mundo, jejejejeje!!!

  17. Y ahora ya lo que venía a decirte…

  18. Ana Azul dijo:

    Si cada vez que ve un autobús va a sufrir por acordarse de ella, va a tener que irse a vivir al campo. Veremos a ver como sigue la historia.
    Chao
    Ana

  19. Ana Azul dijo:

    Yo creo que acordarse de ella, aunque sufra, no es una maldición. Al menos sigue sintiendo amor.
    Ya veo que no hay ni un hombre por aquí…
    Ana

    • Alan Rulf dijo:

      A mí no me dio la impresión de que le quedara amor. Me pareció más bien una mezcla de rabia y odio. Sabes que están a sólo un paso del amor.

      En efecto, en esta entrada aún no ha comentado ningún hombre. No me importaría, que también los quiero… 🙂

  20. Concha Huerta dijo:

    Sigo con interés tu historia aderezada con maldiciones un tanto pintorescas… Y es que el peor enemigo del hombre es su mente. Un saludo

  21. Silvia dijo:

    Pero, ¿por qué un autobús? Hay mujeres que somos muy bordes!! 🙂 Yo hubiera elegido un tren… 🙂

    • Alan Rulf dijo:

      ¿Y cómo quieres que lo sepa? ¡La mente femenina es un misterio! El caso es que le funcionó…

      ¿Un tren? ¿Y por qué no una moto? Puedes estar como cualquiera de las dos cosas… 🙂

      Saludos.

  22. Kathy dijo:

    Todo está en la mente de Casimiro, jaja…eso del mal de ojo me ha causado gracia. Lo del miedo al fin del mundo, es una psicosis mental, es más que nada el miedo a cambiar, un abrazo.

  23. ARISTIDES dijo:

    Pues sí, Casimiro da un poco de pena. La vida no parece que le tratará bien pero el mal de ojo de su mujer….eso puede ser una pesadilla.

    • Alan Rulf dijo:

      Con un poco de mala suerte, cualquiera puede llegar a encontrarse así… Por eso los mitos son mitos, porque su cercanía los hace eternos. Por eso nos da pena, porque nos identificamos con él.

      Saludos.

    • Alan Rulf dijo:

      Llevo unos días sin poder hacerlo a gusto, pero te aseguro que hoy toca.

      Acabo de recordar que es jueves. Espero que nada perturbe mi sueño.

      Buenas noches.

  24. Elena dijo:

    Pues yo cada vez que oigo hablar del Real Madrid me acuerdo de un indeseable que conocí al que preferiría haber olvidado, y de esto hace años. Cada uno lleva su propia maldición encima, solo que hay asumirla.
    Peor es lo del estrabismo.

    • Alan Rulf dijo:

      Ya lo sabes, todo es mental. Te sugiero una sobredosis de Real Madrid, para crear nuevos recuerdos asociados a eso y que desaparezca tu particular «maldición».

      Si lo haces y te funciona, cuéntanoslo, y se lo diré a Casimiro. Claro que, si entra a trabajar en una empresa de autobuses, lo mismo coge una depresión y es peor…

      Saludos.

  25. Ana Azul dijo:

    Sigue sin haber un hombre por aquí. Muy curioso….
    Ana

    • Alan Rulf dijo:

      Sí, hace poco comentó Arístides, el primero… y el último de momento; pero es cierto: No sé qué ha pasado con los (pocos) hombres que suele haber por aquí.

      Y no lo entiendo, tenían que estar encantados con vuestra compañía…

  26. annefatosme dijo:

    El miedo, las obsesiones que no dejamos salir, se proyectan a veces hacia fuera agarrándose a otro, a un objeto. El subconsciente y sus recovecos…
    Un abrazo,

  27. Pues si el Casimiro que mira para todos lados es tan pintoresco (me recuerda a mi pueblo) quiero conocer a los demás amigos del señor del fin del mundo. Ala Alan! a escribir 🙂

  28. Charles dijo:

    Gracioso final. No he podido evitar imaginar a Casimiro con el rostro de aquel célebre director de cine español… Trueba. 😀

    Saludos.

  29. lehahiah0909 dijo:

    A ver …..del tema de morir hoy….no voy a hablar…pero de Casimiro si..porque ademas me trajiste a la mente esto…te acuerdas??

    jijiji …me encantabaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa…!!!!!!!!!!!!!!!
    y te digo un truquito para mirar a los bizcos o con estrabismo…. fija tu mirada entre las dos cejas…no la muevas de ahí .y veras como te sientes menos incómodo..
    Lo del mal de ojo no creo mucho…pero sí en que nos cargamos de energias negativas sin darnos cuenta…por tanto estres preocupaciones..por muchas cosas…y todo empieza a marchar del revés….necesitamos mas armonía en nuestras vidas…
    La maldición es graciosísima….pobre hombre viviendo en Madrid jajajjjajaj
    Muchos besines….muakkkkkkk….sigo….bufff me das un vasito de algo pa´beber?? toi agotadaaaa jajajjjajaj

    • Alan Rulf dijo:

      ¡Qué bueno! ¡Ya no me acordaba de ese Casimiro!

      Sí, necesitamos más armonía, estoy de acuerdo contigo. Y gracias por tu truquito.

      Claro que te doy agua. ¿No prefieres un refresco o algo así? Venga, que todavía te queda una de miedos….

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