Sé que lo que me dispongo a escribir para muchos no será más que una coincidencia. Para mí es demasiada coincidencia. Por lo poco que entiendo de estos temas, recibe el nombre de «sincronicidad».
Ayer por la tarde, aún impactado por todo lo dicho, quedé con Javier Peña, compañero de trabajo y amigo. Nos conocemos desde hace más de quince años. Quería ofrecerle una colaboración en algo que tengo que hacer, carente de interés para este diario. Al terminar estuvimos charlando un rato, sin contarle nada de lo que me preocupaba. Sin embargo, en un momento determinado de la conversación, dijo «Yo es que de eso prefiero no opinar, porque como me pasó aquello…»
Al preguntarle que a qué se refería, respondió con otra pregunta, «¿No te he contado que estuve en una casa con fantasmas? Creí que te lo había dicho alguna vez…» Tras negarlo y aclararle que el asunto me interesaba profundamente, le apremié a que saciara mi curiosidad. Sé que nuestras experiencias no están relacionadas, pero el esfuerzo que me supone apuntar la suya es mínimo, y prefiero conservarla para más adelante. Transcribo a continuación lo que me contó, casi con sus mismas palabras.
«Con catorce años realicé un intercambio con una familia inglesa. Primero vino un chico a mi casa, y luego fui yo a la suya. Era una casa normal, en medio de la ciudad (lo siento, no recuerdo qué ciudad era; no la conocía). El caso es que allí pasaban cosas raras. Por ejemplo, ellos me despertaban a las ocho de la mañana, llamando a la puerta de mi habitación. Pues bien, a las siete y media alguien me despertaba con el mismo sistema. Al preguntarles, afirmaban no haber sido ellos, y le quitaban importancia.
A veces se oían pasos en el piso superior, cuando se suponía que no había nadie allí. Los miembros de la familia se miraban, e intentaban disimular, pero noté que la abuela controlaba mucho peor que los demás el nerviosismo. Yo les preguntaba sin conseguir respuestas.
Estábamos todos en la cocina una tarde, cuando se oyeron claramente unos pasos que descendían por las escaleras que había justo al otro lado de la pared, por fuera de la cocina. Como de costumbre, todos se miraron, y rehuyeron mi mirada. Todos excepto la abuela.
Sin previo aviso ni causa aparente, un vaso que había cerca de mí, muy lejos del borde de la encimera, se desplazó con violencia y cayó al suelo. Se rompió, claro. Te aseguro que ese vaso se movió solo. La abuela ya no pudo soportarlo más y me lo contó.
En ese edificio habitaba un fantasma. Al parecer, muchos años antes vivían allí unos curas, y la señora que hacía las tareas de la casa apareció muerta. Desde entonces pasaban cosas raras.
Entre las obligaciones de aquella mujer estaba la de despertar a los sacerdotes. Por eso se oían golpes en mi puerta a las siete y media. Pero, según la abuela, yo debía de haberle caído bien, porque al anterior invitado lo tiró de la cama.
En esa ciudad la gente sabía que aquella era una casa encantada.»
Vista desde fuera, es una historia de fantasmas muy típica y casi carente de interés. Si la incluyo aquí es porque me la contó Javier el mismo día que yo tuve esa experiencia. ¿Por qué no me lo dijo antes, o después? No encuentro nada que justifique la coincidencia; la probabilidad matemática me parece ridícula. Y, por supuesto, creo en su palabra. Él también era escéptico.
Más tarde, pensando en lo que me contó, casi lo envidié. Al menos él tenía claro qué era aquello, la alucinación quedaba descartada desde el momento en que fueron varias personas las que lo vivieron.
Ojalá pudiera yo decir lo mismo.
A ver! no creo en fantasmas…supongo que porque no me he cruzado con ninguno. Sí creo en ¿espiritus? o mejor dicho en almas…..en esos ángeles que a veces nos guían…. ¿tontería? Puede ser, pero es mi tontería…..
Un abrazo
Sé que esta entrada no es tan impactante como la anterior. La he querido escribir porque me la contó así mi amigo (sólo he cambiado su nombre). Entiendo que sea difícil de creer, y muchos lo tomarán como «una historia».
Que sea tan típica no ayuda nada, pero puedo asegurar que quien me la contó es un profesional serio, responsable, y con cierta reputación.
Winnieo, tal como yo lo veo, los fantasmas son almas. No ángeles, pero sí almas.
Saludos.
Alan después de dejarte el comentario, he visto que era nuevo este post, no entiendo que pasó, ni tampoco porque no me ha llegado al correo.
Bueno mira famnasma hay muchos y tú lo sabes, a que si?
en cuanto a los fantasmas de tu post, yo tengo muchísimas dudas, pero tanpoco digo que no sea verdad, yo desde luego jamás vi a ninguno!! tengo la mitad de mi familia enterrada ya!! y nunca jamás se me apareció ninguno, un día acompañé a una amiga, que habia perdido un hijo de veinte años, de accidente de coche le aseguraron, que esta señora se comunicaba con ellos, pues bien allá fuimos y al rato de estar, esta señora en trance, oíamos la voz de un señor que decía ser el hijo de mi amiga, entonces ella se puso a gritar diciendo que ese no era la voz de su hijo ni mucho menos. Y así, era un tio escondido tras de una cortina, el que hablaba, en fin, que no creo en estas cosas Alan, pero las respeto!!
No, en los ‘mediums’ no creo. He conocido demasiados farsantes. Si algún día alguno me convence, lo creeré. Pero lo dudo.
Saludos.
Las historias de fantasmas me encantan. Como las de hadas y elfos. No creo en ellos y en el fondo… No sé, me da un poquito de pena ser tan escéptica.
Saludos.
P.D. Soy el segundo comentario. Qué honor 🙂
Yo tampoco creía. Ahora ya no sé qué pensar. Te puedo asegurar que, a raíz de la publicación de este diario (y mira que llevo poco), me están llegando historias como la de hoy, de conocidos, que… al menos hacen dudar.
El honor es que consideres honor ser la segunda. ¡Animo! ¡Puedes ser la primera la próxima vez!
No voy a competir con tus ‘fans’ 🙂
Por cierto, la taza es del FNAC, te la dan con la compra de dos libros. El escritor es ‘random’; está Javier Cercas, Almudena Grandes, Juan José Millás…
🙂
¡Gracias! No tengo ningún FNAC cerca. 😦
Vivir un fenómeno Poltergeist es sumamente aterrador. Te entiendo bien. Yo me tuve que comunicar con una Ouija con un espíritu que habitaba en casa de una amiga y, desde ese día, he decidido dejar aparcado el tema paranormal….
Yo de tí llamaría a Tangina Barrons. Es tu única esperanza.
Espero que puedas seguir escribiendo este Diario.
Te deseo toda la suerte del mundo.
N.B.1 : Por cierto, la sincronicidad le da un toque aún más espeluznante.
N.B 2 : Se te da muy bien esto del terror.
Yo la ‘ouija’ no quiero ni mirarla. Me asesoró un amigo mío, experto en ella, y con eso tengo más que suficiente.
¿Tangina? Lo tendré en cuenta, aunque es un poco pronto, ¿no? Para el que no lo sepa, es la encantadora medium de Poltergeist. Por cierto, que la actriz murió. Pero ya sabemos que eso no importa para poder entrar en contacto con ella, ¿no?
Gracias por ambas N.B.
Lo de la Ouija es verdad…
Me habéis hecho pensar…
¿Por qué se sentirá “ridícula” la gente, al reconocer que cree en fantasmas, cuando la mayoría reconoce creer en “energías” post mortem?
Creo en esas “energías”, o llamémoslas como queramos. También pienso que la gran mayoría de efectos polgeister son provocados por energía, pero procedente de los vivos, que ni siquiera son conscientes de lo que están provocando…
Muchos ignoran que la Iglesia Católica no niega la existencia de los fantasmas, aunque es un tema sobre el que no suele pronunciarse.
¿Hablamos de telequinesia involuntaria e inconsciente? ¡Esto se va animando!
Perdón por extenderme, paso a comentar tu entrada:
¿No sería la entrañable viejecita quién llamaba a la puerta de tu amigo? jeje, ¿es apuesto?
En cualquier caso, cuando las coincidencias son tan relevantes como la que expones… por algo suceden.
Ya estoy otra vez nerviosilla para irme a la cama, ¡me cachis!, jeje, ¿por qué publicas estas historias por la noche?, jejeje
Dulces sueños, Alan… ¡que nadie lo perturbe! 😀
Extiéndete todo lo que te dé la gana.
Mi amigo tenía entonces 14 años, y aquella abuelita le podía sacar unos… ¿60? A la pregunta de si es apuesto te contesto, si te interesa, en privado. Es soltero, eso sí te lo puedo decir. 🙂
Tengo dos amigas que sabían que iba a publicarlo, y han estado todo el día apremiándome para que lo hiciera. A las dos les decía lo mismo: «Esta noche. No lo puedo publicar de día…»
Por suerte, el despertador fue el único en perturbarlo. Espero que siga así.
Jejeje, lo de apuesto, lo decía por la ancianita, (ya sabes que tengo príncipe) 😀
He vuelto a leer tu entrada, y resulta que ya decías la edad de tu amigo, ¡menudo lapsus el mío!
¿Sabes una cosa?, consigues que tu historia cobre más realidad con tus respuestas a los comentarios.
Así que con nocturnidad y alevosía, eeeh…
¡Estás hecho un maestro en el género!
¡MUAKS!
Hubo un tiempo en que me preguntaba si vuestro «príncipe» era vuestro «churri» o vuestro hijo. Ya me quedó claro, claro. Y, sí, ya sabía que tienes príncipe.
Pues cuando hable del infante, sabrás que hablo de mi hijo 🙂
Voy a seguir leyendo… ¡como tengo permiso! jeje
Los fantasmas o almas en pena (o sin ella) en mi humilde opinión forman parte de la vida. Estoy con Emy Tecuento en aquello acerca del sentido del ridículo sobre fantasmas y no sobre «energías»; basicamente son lo mismo, unos con sábanas y cadenas y otros mas enigmáticos.
Me ha gustado que publicases algo de lo que tanto se habla, se calla y se teme en silencio.
¡Si supieras cuánto tiene de real!
Me alegro de que te guste.
Bueno yo siempre soy sincera en todo lo que digo o comento…asi que hoy voy a decir muy muy poquito por mi bien jjjjjejje.. voy a repetir lo que puse en el rincón de mi ojazos…no todo lo que no se ve, no existe, no todo lo que no tenga una explicación, no es……. y ahi lo dejo..ahhhh Alan…casualidad???…todo esta enlazado …todo..
Buenas noches osito….tu no tienes pinta de ver alucinaciones..¡¡que lo sepas!!…muakkkk
Yo también soy sincero, no lo puedo evitar. La casualidad es la última explicación, el último recurso cuando no encontramos otra explicación. Pero eso no quiere decir que no exista, sólo que no la hemos encontrado, o no la hemos querido creer.
Buenos días, angelito.
Gracias mi Lehita por llamarme ojazos ajajajajajaja tú si que eres guapaaaa con el permiso de Alan ajajajaa
No necesita mi permiso para ser guapa. 😛
No, pero para decírselo quizás si no?
Carmen, hace mucho que tienes mi permiso para decir aquí lo que te plazca. 🙂
Gracias niño lindo, tú en mi rincón también jejejee
Los ingleses son lo suficientemente extravagantes y flemáticos como para convivir con fantasmas sin inmutarse. Tal vez la abuela tuviera sangre francesa. Y no sé por qué digo lo de francés; no me imagino a una abuela inglesa con raíces españolas o italianas, por poner un ejemplo.
Me ha gustado mucho tu relato, Alan.
No tengo ni idea de la ascendencia de la señora, y mi amigo probablemente tampoco la tenga. Hace muchos años de eso, es muy probable que haya fallecido.
Me gusta que te guste.
Buenos días Alan:
La sincronicidad, es algo que me apasiona: pienso que si algo ocurre, y todo a tu alrededor, de lo que está ocurriendo.. será que hay una causa por la que es así. Quién conoce las reglas del azar?.
El protagonista, debe de agarrarse a que la sincronicidad ha ocurrido para tranquilizarlo, para que no se preocupe porque hay ocasiones, en las que pasan cosas inexplicables.
:9
Buenos días, Inspiración.
Tengo otra «sincronicidad» (me ha dicho una amiga que el término correcto es «sincronía», lo comprobaré). La publicaré más adelante, probablemente el jueves que viene. No es de fantasmas, pero es increíble. Y también me ocurrió a mí.
Yo tengo mis serias dudas sobre que las cosas pasen «para algo». Veo muy probable que pasen, sin más.
:9
Ver, lo que se dice ver no lo han visto, sentirlo parece que si, mientras el fantasma sea tranquilo y amigable todo va bien, incluso puede formar parte de la familia, la cuestión es si toca un fantasma violento, ahí habría que hacer algo, en mi tierra las ristas de ajos creo que son eficaces (debe ser por el olor);-)
Saludos.
Nunca había oído lo de las ristras de ajos contra los fantasmas, y he estado en tu tierra, paraíso de lo sobrenatural, derroche de magia. Intentaré informarme.
Saludos.
Ostras, esto de los fantasmas tiene su aquél. Es dificil creer pero cuando alguien tiene una experiencia no la olvida jamás.
Yo si creo en ellos, no sé cómo ni si la manera de aparecerse será la que cuentan, pero si creo que hay entes que deambulan por aquí, porque no han traspasado el umbral,.
Chao
Ana
En mi caso tiendo a encontrar una explicación, por mucho que me cueste creerla. Pero dudo que llegue a olvidarlo.
Saludos.
De niña, vivía en una casa donde «algo» abría y cerraba la puerta de la buhardilla que estaba encima de mi habitación, caminaba por ahí incluso revolvía cajas. Nunca tuve miedo porque crecí con aquello pero con los años empecé a comprender que aquello no era «lo normal».
No temo a los fantasmas ni tampoco puedo decir que crea en ellos porque nunca los he visto pero me encantan estas historias.
Hace unos años, un hermano de mi padre murió a catorce mil kilómetros de mi casa y ese mismo día soñé que me visitaba y se despedía. Cuando llamé, efectivamente había muerto ese mismo día. ¿Coincidencia? No lo sé, aunque, me gusta creer que fue mi instinto.
Empiezo a tener cierta dependencia de estos posts…¡Me encantan!
Saludos,
El miedo a los fantasmas es a lo desconocido, a fuerzas que no podamos comprender ni controlar. En esa dimensión habrá de todo, como en botica (que dicen en mi tierra).
Con tu sueño me has recordado algo que le ocurrió a mi madre. Os lo contaré más adelante, en este mismo diario.
A mí me encanta tu adicción. 😀
Saludos.
Buenos días Alan, venga que ya es viernes, pásalo muy bien disfruta del buen tiempo y a bailar que son dos diás.

Espero que el lunes me sorprendas con tu nuevo relato corto.
Un besito
Yo me pregunto una cosa, si es cierto, que hay fantasmas, por qué unas personas, los ven y otras no? no sé debe de haber una explicación a esto no crees? mi abuela decía que hablaba, con su difunto marido a diadio, en fin no sé!!
Carmen, para los fantasmas hay muchas explicaciones. En este diario planteo al menos dos de ellas.
Querías un relato nuevo, y ya lo tenías… ¿Coincidencia? 😉
Coincidencia! nooo despiste mio que no lo vi ajajajajaja bueno me voy hacer el pienso fuen placer verte!! por los comentarios chao!
😀 Como me gustan esas ardillitas de Carmeta!!!
Voy a darles la vuelta en mi espacio, que lo tengo un poquito abandonado 😉
Alan te leí anoche pero no pude comentar, porque me entro una cosilla por el cuerpo de pensar que me tenia que ir a la habitación a oscuras…
Pienso que somos muchos aquí, pero mejor ellos en su sitio y nosotros en el nuestro.
Es un tema que me atrae mucho pero….
Que tengas un feliz día
¡Haber encendido la luz, mujer!
De acuerdo, ellos en su sitio y nosotros en el nuestro. Pero… ¿y si sólo hay un sitio?
Pásalo bien tu también.
Desde luego parece demasiado increible para ser cierto. Quizá lo tuyo no fue una visión sino una premonición de esta historia vivida por tu amigo… Un abrazo
No, «lo mío» fue muy distinto a la historia de mi amigo. Y no fue una premonición: lo vi. No creo que os pueda convencer de ello, pero no me importa. Lo vi.
Saludos.
Jo, vaya historia la de tu amigo…se me han puesto los pelillos de punta..y vaya coincidencia salir el tema sin «venir a cuento» por decirlo de alguna manera..desde luego a veces, pasan unas cosas que no te las explicas…Yo digo lo mismo Alan, quiero creer que esas cosas tan raritas, son las almas que habitan en la casa y que en cierto modo «siguen viviendo» de alguna manera…Yo sí creo en este tipo de sucesos…desde luego, siempre he dicho verlo para creerlo…pero claro que ocurren.
Mmmm sabes qué? jeje..que podías darle a la cabecita y hacer memoria a ver qué ciudad es esa….para no ir nunca digo….jaja..bueno, si te acuerdad..me lo dices ¿vale? me quedaría más tranquilita juju….
Una estela de besos dorados para tí…ah!!! y feliz finde!!!!
Memoria no puedo hacer, ya lo he intentado. Lo que voy a hacer es preguntárselo, en cuanto le vea.
Pero vamos, que podría ser cualquier ciudad. Incluso de aquí. Incluso ésa donde vives.
Feliz finde…
Como he tenido que ejercer de abuela , he llegado bastante tarde para comentar este post. Te han dicho tantas cosas que no se me ocurre nada que añadir.
Solamente que tu relato esta muy bien escrito y es, ciertamente, inquietante.
Tienes a tus fans con los nervios de punta.
Haz el favor de tranquilizarlas.
Un abrazo
Pues he contestado ya tantas cosas, que no se me ocurre qué contestarte. Sólo que tu comentario se agradece, como de costumbre.
🙂 ¿Fans? ¿Qué fans? 8) ¡Ah! Te refieres a mis amigas…
Abrazo fuerte…
Mira, ¿eh? que estaba yo ayer por la tarde preparando un texto que recogía todas las “casualidades” que me han sorprendido últimamente y justo me encuentro por la noche con esta entrada (la añadiré, claro).
Yo no creo en los fantasmas, así que pienso que lo que viste tú y experimentó tu amigo tiene que tener otra explicación. La mente: esa gran desconocida. Algo explica todo eso, pero aún no sabemos qué.
Que te lo contara el mismo día en que sucedió lo tuyo no sé si es casualidad o causalidad. Creo que dos (ó más personas) interaccionan inconscientemente y de algún momento resulta esa sincronía. No sé cómo va esto, pero leí hace tiempo de conexiones a distancia. Y a ello le atribuyo yo las coincidencias. De todos modos, en vuestro caso, tampoco es extraño que coincidiérais hablando de estos temas. Te contó su experiencia porque tú le acababas de contar tu visión. (¿O me he hecho un lío con la cronología de acontecimientos?) Lo extraño no es que te la contara ese día, sino que él también tuviera una historia “de miedo”.
Otro caso que ya me inquieta más son las premoniciones..Y sobre eso no tengo explicación, no sé porqué ni cómo se producen. Pero a mí también me ha pasado varias veces y te quedas anodada. Te adelantas a lo que va a ocurrir (a veces unos segundos, otras a través de sueños). Lástima que no me pase con los números de la lotería, oye.
Saludos.
Leeré tus casualidades con interés. Cuando lo publiques, claro. No pienso «premonicionarlas» (palabro) más de lo dices que he hecho.
Te equivocas en una cosa: Yo no le dije absolutamente nada a mi amigo de mi visión. NADA. Él sacó el tema porque sí. Yo se lo conté después. ¿Tuvo una premonición?
Feliz viernes, Viernes.
¿y a qué se refería “Yo es que de eso prefiero no opinar, porque como me pasó aquello…“?
No me acuerdo de qué hablábamos. No era de fantasmas. Supongo que de alguna cosa un poco rara, pero de verdad que no me acuerdo (y eso sí que no se lo voy a preguntar).
ahhh, pues entonces está claro, no te preoupes más, coincido con Concha, lo tuyo fue una premonición.
Feliz viernes 😉
La historia me gustó. El resto lo dejo para discusión de los demás. Pasé un rato agradable y me cautivó el puntio de intriga. ¿Para qué más?.
Que pases un buen sábado y le saques chispas.
Me alegro de haberte proporcionado un rato entretenido.
Feliz fin de semana para ti también. Voy a por las chispas…
♬ la♪ra♫la ♬ la♪ra♫ Pirateando voy… Pirateando vengo, vengo…
Hasta que me pillen la I.P… A darte unos besos, besos…♬ la♪ra♫la ♬ la♪ra♫
Ya te leeré ¿eh?
Ven aquí >—O—< ¡Muah! ¡Muah! ¡Muah!
¡Eres genial! Ahora, ladrona de ancho de banda. ¡Juassssss!
Corriendo, corriendo… Aún no me han pillado… Estoy por cirugía, jejejejeje!!!
>—O—< ¡Muah! ¡Muah! ¡Muah!
Yo me hago el torpe para que se choquen conmigo. ¡Rápido! ¡Por la escalera de incendios!
La sincronicidad tiene una analogía con el funcionamiento de la ley de la atracción.
Como decía Paulo Coelho en El Alquimista: “cuando deseas algo, todo el universo conspira para que lo consigas“.
🙂 😀
jejejejejeje!!! Hablo como en los telegramas, solo me falta decir stop 🙂
Alan, preguntale a tu amigo que diga cual es la ciudad esa, puede que sea la misma tuya. Creo en los espiritus que habitan nuestro alrededor, me a tocado convivir con algunos eso si, los ignoro mientras no hagan daño todo bien. Un abrazo y buen fin de semana.
No, yo no vivo en Inglaterra. Pero se lo voy a preguntar, y cuando lo sepa lo pongo, que ya nos hemos quedado con la intriga…
Si quieres compartir tus experiencias en público o en privado soy/somos todo oídos. Gracias por tu consejo.
Saludos.
No hace falta ni decirlo, genial narración..
Estos ingleses! Siempre con alguna casa encanta andan por ahí..
Con respecto al debate de fantasmas, pues, como se podría decir..
(aplicado de manera distinta) yo en fantasmas no creo, pero de que los
hay los hay..
Coincido en que lo tuyo fue premonición, ojalá pudiera robarte ese don, Alan..
confieso que sería intrigante y emocionante.. además de una suerte.
Besos!
Ten cuidado con lo que deseas, no sea que lo consigas. Tener premoniciones podría convertirse en una especie de maldición. Todo depende de lo que «preveas», y de si eres capaz o incapaz de alterarlo.
Saludos.
Feliz noche de domingo Alan y ánimo vamos venga esa sonrisa así muy bien
hasta mañana y espero tu post.
Gracias, amiga. Se agradece, de verdad.
Voy a intentarlo…
😦 … 😦 … 🙂 … 😦
Déjame probar otra vez…
😦 … 😦 … 🙂 … 😀
Ojalá pudiera yo también decirlo aunque espero no tener que ir muy lejos para descubrirlo.
Saludos.
No me digas eso, que te doy la bienvenida al club de los preocupados. Espero que lo descubras pronto.
Saludos.
Historias de terror conozco muchas y no precisamente de fantasmas. Aunque en casa de mis padres todos los dias te espantaban, era algo escalofriante ver a mi tía con tubos y mascarilla verde aparecer de repente sigilosamente por algun pasillo. 🙂 Buen día amor-osito.
Mientras todo el terror que hubiera en tu casa fueran los sobresaltos de tu tía extraterrestre, no ibais mal. ¡Ya nos gustaría a muchos!
Saludos.
Me quedé esperando el relato de los lunes, en fin me cambiaste el día.

Besitos guapo!
¡Que no! Que sí he publicado, esta mañana. ¿No te ha llegado?
Te pongo un enlace sólo para ti: https://alanrulf.wordpress.com/2011/04/18/23-el-pensador/
Hola, ayer hablé contigo y me comentaste que habías escrito lo que te conté en tu blog, del que no sabía la existencia. Voy a intentar aclarar alguna duda, pero antes gracias por encontrar la historia interesante como para escribirla y por las reacciones. La verdad que según lo leía me ha sorprendido verlo escrito tan fielmente, así que un consejo a todos, nunca subestimes la memoria de los demás ni la impresión que causa lo que cuentas… 🙂
Creo recordar cómo surgió en la conversación, no me habías comentado nada de lo que te había pasado la noche anterior pero estábamos hablando sobre algo relacionado con la hipnosis, si es algo comprobado científicamente o si es cuestión de creer o no en ello. Yo opinaba que aunque no creas, si te lo demuestran o si te encuentras con ello de cara ya no es cuestión de fe, como me pasó a mí con los fantasmas/espíritus.
Soy escéptico, pero lo que me pasó en Exeter (ésa es la ciudad, al sur de Inglaterra) fue real. Han pasado más de treinta años de ello, y muchas veces cuando lo estoy contando me parece tan difícil pero creer, pero estoy seguro de que pasó así. Lo de las llamadas a la puerta, lo del vaso (esto no lo vi, fue en una despensa cerrada, pero lo oí), lo de los pasos en la escalera, y la reacción de la familia. La abuela se aterrorizaba cuando pasaba, me dijo que una vez estando sola oyó los pasos, vio cómo se abría una puerta y se volvía a cerrar de un portazo seguido de pasos corriendo hacia arriba. Su hija se enfadó mucho cuando supo que me lo había contado, menuda bronca que echó a su madre. Pero como ella la respondía, “es que Javier lo ha notado, se ha dado cuenta y se pregunta qué pasa”.
Me dijeron que no era algo permanente, que el fantasma de la criada que no estaba siempre en la casa si no que aparecía por temporadas. La casa no era una mansión, si no una de tres pisos típica de una ciudad inglesa, en un barrio modesto y habitada con una familia modesta.
Desde que me ocurrió esto me dan mucho respeto estas cosas, jamás se me ha ocurrido hacer una ouija o algo parecido, y prefiero no investigar o meterme a profundizar sobre el tema, más que nada por miedo a lo que me voy a encontrar. Algo debe de haber por ahí, otro mundo, otra dimensión. Incluso cuando veo cosas tan aparentemente falsas o preparadas como lo del programa de Tele 5 de la que ve espíritus, pues no es que me lo crea, pero tampoco que no me lo crea…
Y ese otro mundo o dimensión está también en lo que llamas sincronía. Lo mismo el día que viniste al despacho estuvieras deseando contar a alguien lo que te había pasado y yo lo leí, a lo mejor con señales no verbales si no inconscientes. ¿El mundo del subconsciente, “fuerzas que no podamos comprender ni controlar”, es algo que también me da mucho respeto y prefiero no saber más por temor a lo que me voy a encontrar…?
Sobre lo que te ocurrió a ti, entiendo que va a ser muy difícil encontrar explicación y más cuando manejas varias posibilidades. Sólo puedo decir que la intranquilidad que te produce espero que sea llevadera.
Vaya rollo que he escrito, un saludo a todos!!!
¡Javier! No esperaba tu comentario, voy a recomendarlo y seguro que será celebrado por todos los lectores.
Te agradezco todas las puntualizaciones que has hecho. Has completado los detalles que no recordaba, y has añadido otros nuevos muy interesantes. ¡Has escrito tú solito una nueva entrada de mi diario!
Por supuesto, bienvenido al ‘blog’. Espero que te sientas en él como en casa.
Gracias de nuevo.
Permiteme que te diga que no es ningún rollo me parece interesantísima esta historia que cuentas de Inglaterra.
Saludos a los dos Alan Y Javier
Si me permitís, os comento que se imparten cursos de un par de fines de semana en Madrid a través de los cuales uno puede ser testigo de ciertas experiencias posibles únicamente a la existencia de una cuarta dimensión. Dan una explicación sucinta, pero práctica, acerca de cómo usar el poder de la mente a través de la meditación (que no es otra cosa más que un estado de relajación entre la vigilia y el sueño). Hablo de experiencias asombrosas y más fáciles de entender que la existencia de fantasmas.
Un saludo a todos!
Suena muy interesante. Ahora no tengo ese tiempo, pero no te digo yo que más adelante no nos pongamos en contacto…
Como dicen en mi tierra, «¡De perdidos, al río!»
Muuuy interesante el comentario de tu amigo Javier, me deja algo en que pensar. Si vuelve por aca, que reciba saludos 😉
Eso me pareció en cuanto lo vi.
Imagino que volverá, así que recibirá tus saludos.
Mira mi querido, me animé al segundo, pero aquí ya son las 2303 y ahora no se cómo quitarme al niño y a la que camina por la escalera…
No se por qué no me dejaste con carolina y sus colores…
La que camina por la escalera no vuelve a «aparecer» ( 😀 ) en la historia. El niño sí, claro. Pero míralo de esta forma: tienes que leer algo así para hacerte mayor (es mentira, pero tenía que intentarlo para que siguieras leyendo… 😆 )
Te sugiero que te lo leas de un tirón, a media mañana, hasta el final. Así minimizas el efecto de la media noche, y de las pausas entre capítulos. Tampoco es tan largo, ni tan terrible…
Hablando en serio (cosa que me cuesta), los cuentos son muy adictivos… Los voy a leer de un tirón, y «cualquier cosa, te aviso», como decimos por aquí.. jajjaa 😛
saludos!!
Trato hecho. 😆