Oí unas carcajadas junto a mí, procedentes de alguien cuya presencia no había notado, como si hubiera surgido de entre la niebla. Era pelirrojo y su pálido rostro estaba salpicado con pecas de un tono naranja casi igual que el de su pelo. Me quedé mirándolo extrañado mientras olvidaba el capítulo anterior. Acaso su cabeza no funcionara muy bien.
– Perdone que me ría, es que la cara que ha puesto me ha recordado la primera vez que…
Había hablado con un extraño acento, lo que, unido a su aspecto, me hizo pensar que era extranjero. Intentó ponerse algo más serio, dándose cuenta de lo inapropiado de su proceder ante un desconocido.
– Disculpe, no era mi intención, he vuelto a meter la pata.
– No se preocupe, no me molesta. Ha sido bastante chocante, seguro que he puesto una cara muy divertida.
– No, bueno, sí. Pero es que me ha recordado otras cosas. Yo sí sé lo que deseo. De todas formas, no quiero importunarle. Seguro que tiene algo más importante que hacer que escuchar a un viejo como yo.
Miré el reloj de reojo. Tenía que buscar la dichosa grúa, que parecía el cuento de nunca acabar. Tal vez ese señor pudiera ayudarme. Además, debo reconocer que me había intrigado.
– Lo cierto es que le puedo escuchar, si no se alarga demasiado.
– Verá, yo nací y crecí en Holanda. Heredé la herrería de mi padre, y pasé mi juventud ajustando herraduras, fabricando verjas, poniendo rejas, y haciendo todo tipo de trabajos en hierro. Pero conocí a una mujer que me volvió loco, y lo dejé todo por ella. Sé que fue una insensatez, pero no me arrepiento, y lo volvería a hacer si me viera en la misma circunstancia. He olvidado ya todos los países que recorrimos juntos como vagabundos, sin un medio de sustento estable, sólo queriéndonos y disfrutando de la vida.
– ¿Que pasó?
– Terminó la pasión, al menos por su parte. Conoció a un malnacido muy elegante que la separó de mí, la llenó de joyas, y la hizo muy feliz. Intenté recuperarla, pero todo lo que conseguí fue acabar medio muerto, tirado en una cuneta. Y lo peor es que ella me dejó por él. Me vi sólo y sin recursos en medio de un mundo que no conocía, y comprendí mi error.
– ¿Error?
– Me prometí no volver a arriesgar mi vida y mi mundo por una mujer. Traté de volver a mi hogar, pero allí no había nada cuando volví. Mis padres habían fallecido, y mis hermanos habían vendido lo que quedaba y se habían marchado.
– ¿Y su parte?
– Renuncié a todo cuando me fui. No les culpo por ello, pero no sabía qué hacer. La desesperación llenaba mi espíritu cuando oí una voz angelical. Me aparté el pelo y vi unos ojos que nunca olvidaré: la cara más bonita que pueda imaginar será fea a su lado. Los rizos negros, su sonrisa amable, aquellas mejillas sonrosadas… mil veces he soñado con ella. Le di pena y me quiso ayudar. Pronto congeniamos. Pertenecía a una familia de clase acomodada, no ricos, pero sí desahogados. Se ilusionó conmigo, y en poco tiempo quiso que nos casáramos, que estuviéramos siempre juntos.
– Eso sí que es suerte…
– No, amigo, yo no lo pude permitir. Y no sólo por mi experiencia anterior: ¿qué podía ofrecer a nuestra relación? Ella debía aspirar a mucho más que el vagabundo en que me había convertido, y yo no podía permitir vivir de su dinero. Su familia habría terminado por echarme, y decidí ser yo quien se fuera.
– ¿La rechazó?
– En efecto, traté de explicárselo, y me fui muy lejos, sin parar, sin mirar atrás, sin escuchar sus sollozos, sus súplicas… Eso también fue un error, no debí haberlo hecho, pero ya conoce mis motivos.
– Lo comprendo, sí. Tuvo que ser muy difícil.
– Parecía que con el alcohol la olvidaba, pero era una ilusión. Recorrí Europa alcoholizado. Me embarqué en un carguero que me llevó por todo el mundo. Disfrutaba borracho de muchas mujeres, y sereno me atormentaba con el recuerdo de ambas, mis dos errores. Y, sin darme cuenta, volví a equivocarme.
– ¿Con otra mujer?
– Con una no, con muchas. Todas las que conocí fueron mi nuevo error. Nunca quise ser un vividor, y no lo soy en el fondo, aunque lo pueda parecer. Este viejo no pretende aprovecharse de las mujeres, sólo quiere…
Permaneció callado unos instantes, preso de una profunda emoción, agitado por sentimientos encontrados. Sus lágrimas asomando propiciaron otras mías que casi me avergonzaron.
– Sólo quiero dejar de vagar, tener un hogar, y no volver a equivocarme. Quiero no soñar nunca más, y dejar de ser un espíritu que recorre el mundo huyendo de lo que busca.
He querido dedicar este capítulo a todas las lectoras enamoradas del amor, que por lo visto son un elevado porcentaje del total.
Espero que os guste.
Y… a los hombres que huyen de lo que desean… ¿no? También merecerían una dedicatoria afectuosa
Vale, concedido, para ellos también…
Saludos.
Buenos días Alan, bonito relato!
mira bajo mi entender, para mi que este señor pelirojo es un tanto egoista, se dedicó
la vida a vivirla a su manera sin pensar en nadie, esto para mi no es amor! es lo que te he
dicho egoismo puro y duro.
Sacrificó a su famillia, por irse con una mujer que luego lo abandonó por otro, luego
él abandona a una beuan mujer, por orgullo, no sé para mi que este holandes bohemio,
sólo quería vivir a su manera, libre como el viento y claro cuando llega a la vejez se ve,
más sólo que la una.
Saludos Alan, felicidades por el post
P.D. me recuerda este señor a Van Gogh
No era mi intención que lo vieras así, pero todo se presta a muchas interpretaciones. Siempre que sale el tema del egoísmo me acuerdo de un chiste que dice «¿Egoísta yo? ¡Egoístas los que no piensan en mí!».
Sí, abandonó su familia, pero su familia eran padres y hermanos, y él tenía que hacer su propia familia. Se equivocó de mujer, pero el amor es ciego.
Luego, escaldado, volvió a equivocarse. pero dime una cosa: ¿estarías con alguien que se enamora de ti por pena, sabiendo que tú no le convienes?
Y, fruto de ese nuevo desengaño, decidió no querer más relaciones serias, y eso fue otro error.
En fin, sólo es una historia inventada para que disfrutéis.
Saludos.
Creo que quizás haya sido demasiado dura, con el pobre holandes, disculpa, pero es que no creo en el amor del hombre, quizás sea porque nunca lo viví.
En fin a lo mejor me tratan de dura! quizás la vida me haya hecho muy dura!
Un besito
Sí tienes razón, yo soy una de tus lectoras enamoradas del amor y he sentido una ternura especial por el pobre viejo y por esa mujer que intento hacerle feliz y no lo consiguió.
Abrazos
Visito los ‘blogs’ de mucha gente, y sobre todo en los de mujeres, da igual que sean casadas o solteras, con pareja o sin ella, veo muchos suspiros de amor. No importa que estén con el amor de su vida, siguen enamoradas del amor (aunque ya no lo busquen porque ya lo tienen, obviamente).
Y las que no lo tienen, no pasa un día de sus vidas sin pensar dónde estará su media naranja, el amor de su vida, y me sorprende la seguridad con que creen en su existencia. Por supuesto, no lo critico ni lo juzgo, me limito a constatarlo.
Me pregunto si realmente el mundo se mueve por amor, y me respondo que un poco sí, pero también se mueve por egoísmo, por ambición, por dinero, y por prestigio, y por otras muchas cosas. Pero en la mayoría de los ‘blogs’, el tema es el amor. Y no el amor en general, sino el amor de pareja.
¡Tendrá que ser así!
Saludos.
Gracias por la dedicacion …me cayo el saco 🙂
Buenos medio días Alan 🙂
Por lo visto a este pobre hombre se le tuercen todos los caminos,ya sea por mar o por tierra.
La vida tiene eso,aveces viene de cara,otras veces de lado y otras de espaldas,y nosotros los humanos tenemos la tonta costumbre de complicarnosla más tomando las decisiones equivocadas,o frenándonos por miedo.
Besotes de inicio de semana.
Buenos medio días, Jaimita.
Desde luego, lo que cuento es un caso extremo, pero pienso que a todos nos ha pasado algo parecido alguna vez. Es muy conocida la frase «prefiero arrepentirme por haber hecho algo que por no haberlo hecho».
Besotes recibidos.
En cuestiones de amor nunca sabes cuando aciertas o cuando yerras. A día de hoy, y ante esta incertidumbre, las personas prefieren lo mismo que el holandés, evitar las relaciones serias. Pero estoy con él en que quizá esto también sea un error, aunque no estoy segura del todo. En fin esto del amor… siempre es un lío.
Me temo que sí, que a excepción de unos pocos afortunados, estamos condenados a equivocarnos siempre.
Aunque la esperanza es lo último que se pierde.
Saludos.
En el fondo todos deseamos lo mismo, estabilidad y amor al llegar a nuestra casa. A unos les llega mas pronto este deseo y a otros mas tarde, pero siempre deseamos estar junto a alguien que nos quiera.
Saludos
Ana
En ocasiones ya lo tenemos, nos acostumbramos a ello, y no lo valoramos como se merece. En ocasiones nos permitimos perderlo, y luego nos lamentamos.
En ocasiones.
¡Me ha conmovido tu relato, Alan!
Es precioso enamorarse con tanta fuerza como para abandonarlo todo por amor.
Aunque se apague el amor para uno de los dos, la intensidad de lo vivido ha merecido la pena. El protagonista de tu historia lo dice, a pesar de saber como acabó la historia: “Sé que fue una insensatez, pero no me arrepiento, y lo volvería a hacer si me viera en la misma circunstancia.”
Lo que me hace pensar, que de haber amado con la misma fuerza a la segunda mujer, no solamente no le hubiese detenido el orgullo, sino que también se hubiese olvidado hasta de su propósito de no volver a arriesgar su vida por una mujer.
Una lectura muy agradable, ¡que tengas una semana muy feliz!
Puede que de la segunda no se enamorara tanto, no lo sé, pero también muchas veces ponemos una coraza para protegernos y nos perdemos por ello lo bueno que pueda venir.
Me alegro de que te haya gustado.
Saludos, y feliz semana para ti también.
Lo bueno de cuento es que el hombre trato de hacer «lo mejor»… un día se entrego a una mujer por amor. En una segunda oportunidad dejo a la mujer porque penso en lo mejor para ella. Y en el fondo su deseo «tener un hogar» no lo consiguió. Bueno, es un poco triste, pero te digo que aunque dices que este cuento es extremista, no lo es tanto; la realidad siempre supera la ficción.
Un gusto leerte.
Abrazos!!
En efecto, trató de hacer lo mejor, y no hizo más que equivocarse. Sí es triste, pero es que muchas veces es así…
Saludos, y bienvenida.
«Sólo quiero dejar de vagar, tener un hogar, y no volver a equivocarme. Quiero no soñar nunca más, y dejar de ser un espíritu que recorre el mundo huyendo de lo que busca.»
Este holandés siente en el fondo esa soledad que a todos nos acompaña, aun estando rodeados de gente, y en la que pocos reparan. Busca algo que llene ese vacío, pero nada podrá colmarlo. Nada.
Es más fácil llegar a presidente del gobierno que lograr no volver a equivocarse; eso no es humano. En cualquier caso, no creo en los errores; pero eso me llevaría a extenderme demasiado.
Dejar de soñar es un poco como dejar de vivir, marchitarse, abandonarse en brazos del hastío y de la indolencia. Uno vive en función de lo que desea y de cómo lo desea, sin perder por ello el sentido de la realidad y habitando en el aquí y el ahora.
A mí este texto tuyo no me ha quitado las ganas de amar.
No pretendo que mis palabras quiten las ganas de amar, por supuesto. Donde él se equivocó otros han acertado.
Tu comentario señala la frase que creo que lo resume todo: «Quiero no soñar nunca más». Es triste que alguien llegue a desear eso, ¿no?
Saludos.
Es bueno que exista el lunes
La verdad es que los lunes se están convirtiendo en algo muy entretenido.
Dice la leyenda del Holandés Errante que ese barco no llega jamás a ningún puerto y que vaga, errante, por los mares del mundo… Es una maldición . Y, a veces, las decisiones equivocadas en la vida, se convierten en «maldiciones»: vagas, huyes, te conviertes en «errante». Y no me refiero sólo al amor. Es todo el «pack» de la vida.
Pero son sólo eso : descisiones equivocadas. Lo que pasa es que en las cosas del amor, las equivocaciones pellizcan el corazón pero, si lo objetivizamos al máximo, son sólo errores. Se pueden evitar o por lo menos intentarlo.
Yo tengo un amigo que siempre me dice que hay que «hacer el intento». Si te equivocas, hay que seguir intentándolo porque una de las veces, el intento es susceptible de convertirse en una realidad acertada. ¿ Y si la siguiente es la buena?.
Así que, una vez te equivocas, estás expuesto a hacerlo cada vez que decides . El holandés con el que hablaste, se equivocó al no intentarlo. Si no hay intentos, no hay posibilidades de mejorar y es entonces, cuando dejas de soñar y de intentarlo y eso,…eso es lo peor.
Así que tu holandés errante representa , claramente, la maldición de la leyenda del barco…Nunca llega a tierra firme.
La última frase , impresionante.
¡Hola, Bypils!
Estoy de acuerdo contigo: el mayor error es no intentarlo. Cuando dudaba si intentar algo o no, mi madre siempre decía «el no ya lo tienes», queriendo decir que no perdía nada por intentarlo, o me quedaba igual o salía ganando. Es el «hacer el intento» de tu amigo.
A mí también me gusta mucho la última frase. Gracias por venir y por tus palabras. 🙂
Buenos dias, Alan. No vi esa entrada y aqui estoy porque me has comentado en mi blog; pues de otra manera, no hay modo de ver algunas entradas. Antes me llegaban al correo y ya no, pero si me llegan vuestros comentarios.
Muy bueno lo redactado. Me parece una leyenda fascinante; pero he oido muchas versiones distintas en las que varia en nombre del capitan y la maldicion y que ese barco nunca llego a buen puerto. Un tanto triste.
Feliz semana
Saludos
Hola, Aslaram.
Parece que los suscriptores están perdiendo algunas de sus entradas, según comentan por ahí. Yo creo que no he perdido ninguna, pero nunca se sabe. De todas formas, en este ‘blog’ es fácil: los lunes, novedades.
Como bien dices, de esta leyenda hay muchas versiones, por lo que sólo nos podemos quedar con los datos generales, que son bastante conocidos. En algunas versiones el barco reparte muerte por donde llega.
Me parece una historia muy sugerente, el barco surgiendo de la niebla, tenebroso…
Pongo un enlace al artículo de Wikipedia para los interesados:
http://es.wikipedia.org/wiki/El_holand%C3%A9s_errante_(leyenda)
Saludos.
Hola Alan, buenos días me parece que he hecho bien en venir hoy así puedo entrar ene link, que has dejado a MariLoli y asi leer la leyenda del holandes errante, creo que me gustará, siempre oir hablar de ella, ya es el momento de leerla.
Saludos muy cordiales Alan, una cosita sobre tu post, sabes? en el fondo me da mucha penita este ancianito, quizás hoy estoy algo más sentimental, así es la vida, guapetón
Buenos días, amiga.
Ya sabes que todos somos víctimas de muchas cosas, la diferencia la marca nuestra capacidad de sobreponernos.
Y esa capacidad es muy superior de lo que sospechamos. Sólo es necesario pararse y decir «¡Basta!, yo soy el dueño de mi vida», y no dejar que nada (pasado, presente o futuro), ni nadie (por muy cercano que esté), nos lo pueda impedir.
Si te interesa la leyenda, te dejo este otro enlace, más completo que el anterior: http://www.mundoparanormal.com/docs/fantasmas/holandes_errante.html
Saludos.
Hola Alan, pasé a saludarte y vi tu detalle gracias, iré a leerla completita.
Por cierto no puedo entrar en el blog de Ana, desde el mio, voy a ver si puedo desde el tuyo.
Un abrazo de osa
Es que ha cambiado el título, y los enlaces anteriores no sirven. Ahora está en http://anazulada.wordpress.com
Saludos.
Hola de nuevo. Gracias por regalarme un poquito de esa historia; la he leido y me gusta bastante. Sobre el mundo paranormal, es algo que me fascina conocer lo desconocido.
Un besito y feliz tarde
Es que los mitos son muy poderosos. Cuando decimos que algo «se ha convertido en una leyenda» estamos indicando muchas cosas a la vez, ¿no? Tiene que tener suficientes ingredientes como para alimentar la imaginación de varias generaciones.
Aunque ahora el mundo vaya más deprisa, aunque creamos que estamos a la última, los grandes temas no cambian. Pueden variar las herramientas o los decorados, pero los sentimientos y las motivaciones son los mismos.
Saludos (de nuevo).
En el fondo todos vamos vagando un poco por esta vida nuestra y vamos cometiendo errores y hay que recuperarse de ellos. Bonito relato. Besos y buen dia
Tal vez por eso ‘errar’ sea sinónimo a la vez de ‘vagar’ y de ‘equivocarse’. A mí me atrajo el juego de palabras, pero puede que sea la etimología la que da sentido a este capítulo.
Celebro que te haya gustado. Pasa un buen día tú también (disfruta de tu musical paseo ;-)).
Cuando he visto el título me ha recordado a Bob Esponja pero los tiros no van por ahí. No es un personaje que asuste, más bien apena pues sus problema se ha convertido en un círculo vicioso sin fin.
Saludos Alan.
Creo que todos nos podemos identificar un poquito con él, todos tenemos nuestra espinita clavada, incluso aunque ya la hayamos olvidado. Igual que no se puede hablar de la vida sin hablar de la muerte, no se puede hablar del amor sin que salga a relucir el desamor. Ni se puede hablar de Bob Esponja sin que vengan Patricio y Calamardo. 🙂
Es inevitable.
Saludos.
Hola Alan,
Yo también cometí un error hace años, y desde entonces no me he vuelto a dejar llevar por nada ni por nadie. Tengo una amiga que me dice que bloqueo mis emociones positivas, pero es una buena forma de no caer en errores como los del holandés.
Por otra parte, he tomado una decisión: no voy a enviarte las páginas que te dije, y te explico el por qué. Mis libros es lo único que tengo, en lo que tan sólo he participado yo. Nadie me ha ayudado, es pura y exclusivamente mío, y por lo tanto me siento muy orgulloso de ello. Es por lo que si tú me ayudaras, ya no sería totalmente mío.
Con esto quiero decirte que, no te lo mando porque no confie en ti, sino porque me ha costado mucho trabajo, y es en lo único en lo que no le debo nada a nadie.
De todos modos, te agradezco el consejo que me diste. Fue una gran orientación, y ya tengo un hilo por el que tirar.
Creo que lo que tú haces también es una forma de equivocarse, aunque espero, por tu bien, que no sea así.
Es que me parece taaan difícil…
Me parece perfecta tu decisión. Si con la orientación general que te dí te vale, mejor que mejor. Lo otro era por si no conseguías salir del «atasco». Que lo has logrado: pues genial.
Saludos.
Una cosita a quién le he de poner barba y gafas? aajaaa
A la carita sonriente que te puse en el comentario, para que se pareciera a mí.
Saludos.
Que es lo que te parece taaan dificil?
No equivocarse en el amor. No es sarcástico, ni irónico, ni nada de eso. Me da la sensación de que, hagamos lo que hagamos, siempre acabaremos arrepintiéndonos. Por supuesto, no lo digo por ti, que no te conozco. Hablo en general, basado en experiencias propias y ajenas.
Saludos.
El amor es un sentimiento ambigüo. ¿Cuantas veces amamos y no nos aman, y cuantas veces nos aman y no amamos?
Por otro lado, el arrepentimiento es un sentimiento angustioso. Todas nuestras acciones tienen consecuencias tanto negativas como positivas, no sólo en el amor, sino en general. Todos alguna vez nos hemos arrepentido de cosas que hemos hecho y que no hemos hecho, de cosas que hemos dicho, y que no hemos dicho.
Pero la palabra dicha, al igual que la ocasión perdida, no se recuperan.
¿Qué sería de nosotros sin esos errores? Deseamos tanto que las cosas salgan bien, que cuando no resultan como deseabamos nos sumergimos en una profunda depresión. Lo bueno o lo malo, depende por donde se mire, es que siempre nos quedará la esperanza.
Tienes razón, porque renunciar a tu derecho a elegir es también equivocarte. Hay que elegir, con la esperanza de que salga bien. Y a veces se consigue. Eso es lo que mueve el mundo.
Saludos.
Tu historia de repente me hizo sentir que hablabas de mi cuando dijiste que habia dejado todo por amor, yo lo hice y hasta ahora no me arrepiento, vale la pena arriesgarse de lo contrario vivirias con la eterna duda de: «¿y si hubiera?»
FELICIDADES POR TU BLOG, ES MUY AGRADABLE DAR LA VUELTA POR ACA, ADEMAS QUE TUS VISITANTES DAN MUY BUENOS PUENTOS DE VISTA. EXCELENTE
Coincido contigo en que tengo la suerte de tener unos comentaristas de lujo.
¿Qué sería de la vida sin amor, y sin ese tipo de locuras? No sería vida, sin duda.
Saludos.
No sé si estoy enamorada del amor, pero sí me encantan las historias de amor trágico.
Hasta ahora, este es mi post favorito.
Buenas noches ^^.
Me alegro de que te haya gustado.
Buenos días ^^.