A cambio de sexo.

El recuerdo fugaz de una sensación fue seguido por otros muchos en una rápida
sucesión de imágenes inconexas pero llenas de sentido, que podrían permitir que
cualquiera comprendiera lo sucedido en su vida en las últimas horas: su necesidad de
independizarse de un hogar con un padre que imponía unas normas anticuadas y una
madre que aparentaba no comprender que su hijo tenía ya treinta y tres años, el
sentimiento de impotencia por carecer de recursos económicos que le dieran acceso no
ya a una hipoteca, sino ni tan siquiera al alquiler de cualquier cuchitril en las afueras de
su ciudad, la frustración por no ser capaz de conseguir un trabajo digno de sus
posibilidades, la impotencia ante la inutilidad de sus esfuerzos para cambiar las cosas,
para pagar sus caprichos, para vivir con su novia, y la sospecha de la vergüenza futura
cuando ella ganara más dinero que él, sólo porque era capaz de adaptarse mejor a una
sociedad que no le gustaba, donde no le quedaba más remedio que vivir, como en su
ciudad, como en su casa que era la de sus padres, como en su vida, heredero de unas
normas machistas que se negaba a admitir que poseía, aunque quedaban patentes
cuando se imaginaba en el futuro con su novia, a la que quería de verdad, a pesar de los
años que llevaban juntos, o acaso por eso mismo, con la única persona que tenía
confianza aunque su relación fuera cada vez más rutinaria, los gritos silenciosos
pidiendo un cambio para nuevamente desmoralizarse al comprender que ese cambio
dependía exclusivamente de él y no era capaz, no podía cambiar nada, sólo sentía que
podría hacer siempre lo mismo, una vida que no le gustaba, un trabajo en un bar los
fines de semana sin contrato ni estabilidad ni garantía de futuro, pero que al menos le
permitía invitar a su novia a un café como el de esa mañana, mientras hablaban otra vez
de lo mismo, de su necesidad de cambio, de independencia, no es que odiara a sus
padres, pero ya no soportaba vivir con ellos, y entonces su novia le enseñó un anuncio
por palabras en un periódico local, “Se alquila habitación a cambio de sexo”, y tras la
sorpresa inicial vinieron las bromas sobre cómo sería el que ofrecía algo así, y luego,
más en serio, lo necesitada que estaría la chica que accediera a un trato como ese,
porque parecía inevitable, siempre eran hombres en situación desahogada pero sin éxito
en sus relaciones y con muy poca vergüenza que querían aprovecharse de la mala
situación económica que todos los días aparecía en los titulares de las noticias, o al
menos eso dijo su novia, aunque él casi no lo oyó, pues su atención se centró en otro
anuncio algo más abajo que el anterior, y entonces apareció el recuerdo de cómo se
llenó de nerviosismo y cerró el periódico cambiando de tema y luego acompañó a su
novia a su casa pero él volvió al bar y buscó de nuevo la página de anuncios y se
cercioró de que no había leído mal, de que aquel anuncio realmente ponía “Chica ofrece
habitación a cambio de sexo”, y pensó que ya era hora de que hubiera igualdad, bien
por la liberación femenina, tuvo infinitas dudas a la hora de llamar al número de
teléfono que acompañaba a un anuncio que se le antojaba un billete de lotería premiado
para el primero que lo quisiera, la decisión de llamar desde el teléfono público del bar,
para que nadie pudiera preguntarle por ese número, lleno de curiosidad, anhelando que
fuera verdad, que aún no estuviera ocupada la habitación, que nadie se le hubiera
adelantado, negándose a admitir que le gustaría ir, que además le gustara la chica, que le
llegara ese golpe de suerte, ahogando el recuerdo de su novia, convirtiendo la situación
en una fantasía, en una falsa infidelidad, pero acercándose al teléfono del bar y
marcando el número y disfrutando de la voz que contestó al descolgar el teléfono,
imaginando cómo sería esa persona que le estaba ofreciendo acabar con muchos de sus
problemas pidiendo a cambio algo que él estaría encantado de dar, negándose a admitir
que esa persona debía por fuerza de tener problemas para relacionarse con otras
personas, pues de otra forma no habría necesitado poner un anuncio en esos términos,
aunque la voz que contestó no parecía tímida, o acaso un poco sí, lo justo para desear
quedar con ella y verla y luego decidir si realmente querría irse a vivir con esa
compañía, dejando claro, eso sí, que su acuerdo debía mantenerse en secreto, lleno de
emoción cuando le confirmaron que sí, que la habitación estaba libre, que podía ir a
verla esa misma tarde, que no estaba lejos de allí, y no necesitó apuntar la dirección
pues conocía de sobra la calle, no olvidaría la dirección por nada del mundo, y luego se
sorprendió esperando nervioso a que llegara la hora de la entrevista, arreglándose para
causar buena impresión, perfumándose en el ascensor para que no sospecharan nada en
casa, había querido su buena suerte que su novia tuviera que estudiar y no le conviniera
quedar con él ese día, así que a la entrevista iría solo, ya habría tiempo de explicarle que
había logrado independizarse si al final lo conseguía, un par de pequeñas mentiras que
pondrían a salvo su relación y su situación personal, y esos nervios fueron en aumento
hasta llegar a un máximo en el momento de llamar al timbre y esperar a que abrieran la
puerta, dos segundos que parecieron una eternidad, nuevas dudas sin querer reconocer
que ya era demasiado tarde, que no se arrepentiría en el último momento, y la
admiración que sintió por esa chica que apareció al otro lado de la entrada, guapa y
arreglada sin excesos, mejor que lo mejor que había imaginado, luego se fue relajando
poco a poco según avanzó la conversación, parece mentira que en este siglo el sexo siga
siendo un tabú, que no se pueda hablar libremente de lo que se desea, su trabajo era muy
absorbente, no le dejaba tiempo para conocer gente, y sólo se vive una vez y no estaba
dispuesta a desperdiciar su juventud, y él asentía a todo lo que ella decía, qué lastima
que no hubiera más chicas así, reconoció no tener palabras para expresar la suerte que
había tenido, la habitación que le correspondía no estaba mal, aunque poco le importaba
en esos momentos, el salón y la cocina eran de uso común, cada uno tendría un cuarto
de baño, y sólo había una habitación cerrada con llave en la que guardaba recuerdos
personales que no quería perder, y él sintió de nuevo unos nervios de los que se
avergonzó cuando preguntó “Y… ¿a cambio?” y ella contestó “El anuncio lo decía muy
claro, tendrás que estar dispuesto cuando yo quiera”, y él se alegró de haber
encontrado una chica con iniciativa, y supo que no tendría ningún problema para estar
dispuesto cuando ella quisiera, y estuvo encantado de cerrar el trato con un apretón de
manos que hizo que un escalofrío le recorriera la espalda, y luego cogió el llavero que le
ofreció con una sonrisa, al fin y al cabo era un asunto de negocios, se repetía una y otra
vez mientras iba a su casa a recoger algo de ropa para instalarse esa misma tarde, no
hacía falta que se lo contara a nadie, no al menos hasta que hubiera probado y estuviera
a gusto, otra mentira a su madre y una pequeña bolsa con la que volvió a su anhelada
habitación, nunca imaginó que cuando se independizara sería la habitación lo que
menos le importaría, y un sentimiento de expectación al abrir la puerta que se esfumó al
comprobar que no había nadie, que la casa estaba vacía, y supuso que ella habría ido a
trabajar o a comprar algo, se dio cuenta de que no le había preguntado en qué trabajaba,
tampoco lo había considerado importante y, al fin y al cabo, era ella la que hacía las
preguntas, pero ahora sintió curiosidad, y recorrió la casa buscando alguna pista que le
permitiera imaginar su empleo, un libro técnico, un título universitario enmarcado en la
pared, una fotografía, una búsqueda no muy intensa pues temía que ella llegara en
cualquier momento y pudiera pensar que estaba registrando la casa y rompiera el
acuerdo que tanto le gustaba, pero él no encontró nada y ella no llegó, y el recuerdo del
bocadillo que cenó viendo la televisión fue seguido por un sopor pesado que le invadió
e hizo que se quedara dormido en el sofá, y su siguiente recuerdo fue un beso en los
labios que le despertó, cálido y agradable, y la encontró descalza, con la camisa
desabrochada y el pelo suelto, mientras con una mano le instaba a apoyar su espalda
contra el respaldo del sofá y con la otra le bajaba el pantalón para comprobar lo
excitado que estaba, excitación que aumentó cuando ella cogió un bote de gel de afeitar,
y recubrió con esa pasta su vello púbico, él iba a pedir que tuviera cuidado cuando vio la
navaja de afeitar, pero ella le puso un dedo índice en los labios para indicarle que
guardara silencio, que todo formaba parte del juego, y el contacto frío del metal en sus
muslos le excito aún más, y sonrió al pensar que ella era la primera interesada en no
dañarle, y disfrutó del afeitado como de ningún otro en toda su vida, y luego abrió sus
ojos conteniendo la respiración cuando ella cogió su sexo con la mano, sintiendo que
había llegado al máximo de placer posible, y sus pupilas se dilataron de repente cuando
ella, en vez de dejar la navaja en el suelo, de un movimiento certero le seccionó el
miembro viril y varios borbotones de sangre mancharon su ropa y luego se hizo la
oscuridad y ya no tuvo ningún otro recuerdo.

Lo siguiente que percibió fue una imagen desde arriba, su espíritu alejándose de
su cuerpo, la sangre por todas partes, la chica dejando su sexo sobre una bandeja de
plástico, en la habitación que ya no estaba cerrada con llave, en una mesa cercana a una
estantería llena de botes de cristal con otros sexos en su interior, y el recuerdo de que
nadie sabía dónde estaba, ni su novia, ni sus padres, ni sus amigos, ni siquiera el número
de teléfono guardado en su móvil, porque llamó desde la cafetería para evitar dejar
algún rastro que alguien demasiado curioso o celoso o suspicaz pudiera seguir, y ahora
nadie podría encontrar su cuerpo ni esa habitación que tan cara le había costado, y,
después de toda esa explosión de sensaciones, lo último que le impresionó fue el
infinito…

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Acerca de Alan Rulf

Alan Rulf es el pseudónimo que recoge mi faceta de escritor, para separarla de otros intereses y aficiones.
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45 respuestas a A cambio de sexo.

  1. Alan Rulf dijo:

    Los que lo habéis leído ya lo habréis notado: es un relato con sólo dos frases, una inmensa, antes del único punto de todo el relato, (que es un punto final para el protagonista, no para la historia) y otra más breve con el desenlace. Espero que os haya gustado.

    • izmatopia dijo:

      vaya, si que eres previsor…

      precisamente iba a comentar ese detalle, aunque estaba segura de que lo habías hecho intencionalmente. Al llegar al final comprendí que la idea era llevar al lector po la sensación de sopor, de mareo, de desvanecimiento, de desubicación que experimentaba el protagonista al recordar todo, víctima de tal mutilación y sufriendo los síntomas mientras se desangraba… comprendí.

      Si no fue esa la intención, fue al menos lo que yo sentí… varias veces tuve que volver sobre las letras que ya había leído para no perderme pues me enredé alguna que otra vez en la falta de puntos y seguido. Me pareció muy interesante esa sensaciín y si fue lo que intentaste, en mi fue bien lograda.

      Ya que en Acerca de… dices que este espacio de los cuentos es el mejor para «give it a try», comencé por aquí, pero seguiré leyendo, ahora en orden, para disfrutarte un poquito más.

      • Alan Rulf dijo:

        En efecto, quería lograr esa atmósfera de agobio y opresión que sentía el protagonista y le lleva a ese desenlace tan peculiar.

        La idea de este relato fue la responsable de que volviera a escribir, después de más de diez años de «descanso».

        Saludos.

  2. Gaviota dijo:

    Buenos días amigo, ¿sabes he disfrutado mucho con este relato, con apenas algún signo de puntuación, uno de interrogación,o dos creo y un punto y aparte, tan sólo comas, sabes me has recordado mucho a la manera de escribir de Saramago, no por el relato sino por la manera de desenvolverte, así tan sólo con comas…me gusta.
    En cuanto a tu relato, que te voy a decir, no quiero parecer aduladora, ni que te doy coba, pero francamente, me ha gustado mucho no me esperaba este final la verdad y alucino al comprobar, lo incauta que es la juventud a veces ¿no crees? a veces por buscar nuestra libertad, encontramos, un destino fatal.
    Creo que la volveré a leer.
    Feliz día de navidad.
    Carmen

    • Alan Rulf dijo:

      Celebro que te haya gustado. Ya avisé, nada es lo que parece. Este es uno de mis relatos favoritos. Cela escribió «Cristo versus Arizona» con un único punto, al final del libro. Ese estilo me pareció adecuado para contar la historia con un ritmo cautivador y vertiginoso, acorde a su modernidad. Cuando empiezas, no puedes dejar de leer (entre otras cosas porque te pierdes y ya no sabes por dónde vas). Casi no puedes ni pestañear.

      La juventud es incauta, por inexperta, pero los «adultos» también lo somos, y hay muchos jóvenes más expertos que sus mayores en muchos temas, para bien o para mal. No escribí esto pensando en los jóvenes.

      Saludos.

      • Gaviota dijo:

        Gracias por tu comentario sabes? yo no quiero ganar la guerra me conformo con las simples batallitas, de la vida.
        Pues a mi me encanta, esta manera de escribir lo hizo Cela y como ya te comenté, también Saramago, yo no sé escribir ajajaja pero también utilizo poco los puntos y más todavia el punto y pelota este si ajajajaa asi de escueta ajajaja
        Un saludo muy frio hoy

      • izmatopia dijo:

        me encantó que defiendas a la parte de los jóvenes que si son cautos, ya que nada es absoluto…

        Gracias por la parte que me toca – ya que me considero una joven cauta.

      • Alan Rulf dijo:

        En efecto, no se puede generalizar «los jóvenes» ni «los mayores», cuando no hay dos jóvenes iguales». Se puede hablar, como mucho, de tendencias.

  3. bypils dijo:

    Ufff! A mí me ha dado un no-sé-qué al ver esa inmensa masa de texto sin más signos que la coma … He pensado ¿Qué pretende?.¿Dejarnos sin respiración?…
    Y así ha sido.
    He visto un corto de terror .
    Sólo ha habido un instante en el que he cerrado los ojos, cómo en las películas cuando dices «no lo quiero ver, no lo quiero ver», pero lo «he visto». Eso y los botes de cristal…
    Un buenrelatosinpausa.
    Felicidades.

    • Alan Rulf dijo:

      Ese no-sé-qué es menos impactante en la versión en papel, aunque persiste, porque la división en páginas lo atenúa.

      La idea surgió de llevar al «Ministerio de Igualdad» (Q.E.P.D.) ese fenómeno moderno de alquilar habitaciones a cambio de sexo, que hemos podido ver en noticias y reportajes de televisión (recuerdo uno de Mercedes Milá), con un juego de palabras que no me gusta que falte en mis relatos.

      Yo también lo he imaginado como un corto cinematográfico, pero no conozco a nadie en ese sector. Si alguien lo lee y se anima, que me lo diga.

      Gracias por tu comentario, me alegro de haberte hecho pasar un buen rato.

  4. Silvina dijo:

    Me gusta tu estilo de escritura. Gracias por visitar mi blog

    • Alan Rulf dijo:

      Tu comentario es todo un halago, viniendo de quien viene. Las gracias no se merecen; gracias a ti en todo caso, por publicar noticias sobre la palabra.

      Saludos.

  5. Muy bueno. Cierto que te falta la respiración al leerlo, pero me gusta el ritmo que tiene y, por supuesto, el estremecedor final. Aunque cuando citas una «habitación cerrada» te hace presagiar que algo inquietante se oculta en ella.
    Saludos

    • Alan Rulf dijo:

      Esta historia empecé a escribirla de una manera más convencional, y el resultado no me convencía nada. Hay veces que «me sale» escribir así, todo seguido, como si plasmara el hilo del pensamiento (por eso habla tanto de sensaciones).

      Una puerta cerrada es un elemento clásico del suspense y el terror. Aquí viene a ser como un aviso para el que sepa verlo.

      En nuestra sociedad, muchas veces el hambre no es de alimentos, sino de otras carencias.

      Saludos.

  6. Ana dijo:

    Joer y todo por querer lo que normalmente quieren los hombres pero con una desconocida, pero como eso tiene mucho morbo…
    ¿No hubiera sido mas facil hacerlo con su novia?
    Es que a los hombres les pierde un par de caderas y algunas otras cosas…
    Chao
    Ana

    • Alan Rulf dijo:

      Yo creo que era además un problema de rutina, de derrotismo, de sentimiento de inferioridad (frente a su novia, frente a sus padres, y frente a la sociedad en general) y, por supuesto de ganas de aventuras.

      Pero ya no voy a poder preguntárselo. 😉

      Gracias por tu visita. Saludos.

  7. Bego dijo:

    Hola, Alanrulf!!

    No dejas de sorprenderme. A pesar del cúmulo de palabras y frases sin respiro, ni por asomo te llegan a aturdir. Te vas adentrando suave y discretamente en la historia. Vas leyendo y como una cascada sorprendentemente atrayente, te deslizas sobre ella. Tienes esa capacidad de mantener el pulso. Impresionante relato visual. Se lee como un corto.

    • Alan Rulf dijo:

      No siempre puedo escribir así. Es como poner en ‘on’ el ‘modo poesía’, que no siempre sale. Pero cuando lo consigo, me quedo bastante satisfecho con el resultado.

      Muchas gracias por tus elogios, me encanta la descripción que has hecho del relato.

  8. veritasetprobitas dijo:

    Hola Alan,

    Debo confesarte, que cuando vi todo ese pedazo de texto, me dieron ganas de abandonar tu blog, pero poco a poco comencé a leer, y la verdad es que me ha sorprendido grátamente.

    He leído historias que comienzan como esta, pero al final siempre acaban con que la mujer del anuncio es la novia del chico. Y comprobar que se rompe el tópico, es de agradecer.

    Me ha gustado mucho tu forma de escribir. Se nota que tienes recursos léxicos y literarios.
    Yo también escribo, y a veces, me veo carente de ellos. He aprendido mucho con tu post.

    Gracias.

    • Alan Rulf dijo:

      Saludos, Veritas, y gracias por tus elogios.

      No suelo escribir así, y menos para Internet, porque el resultado es demasiado compacto y desanima a la lectura, pero en este caso me pareció que era la forma más adecuada. Me alegro de que te haya sorprendido.

      Creo que la escritura con intención literaria sólo tiene sentido si es original. Te recomiendo el relato que publicaré el día de reyes, bastante menos «compacto». Si te apetece, también puedes engancharte a los «mitos revisados» (sólo llevo 7 capítulos, y son amenos). Si los lees, será mejor que lo hagas por orden.

      No pretendo enseñar a nadie, sino más bien aprender, aunque reconozco que me gusta hacer bien las cosas. Si has aprendido algo aquí, me parece fantástico.

      Saludos y hasta pronto.

  9. veritasetprobitas dijo:

    Gracias por comentarme, Alan.

    Cómo te dije, yo también escribo. Tengo 2 novelas: una autobiografía, y la otra es inventada, y ambientada en 1627 en Francia. Y también he tenido parones, concretamente en la segunda, estuve meses sin escribir. Aunque debo decirte que ninguna de ellas está finalizada.

    Pues la inspiración es efímera. Pero no te desanimes, sólo necesitas una motivación, una musa.
    Particularmente, me llega la inspiración en momentos de duda, de incertidumbre, y bajos estados de ánimo. Es en esos momentos es cuando sale mi verdadero yo.

    Considero a la escritura, la mejor de las profesiones y actividades, puesto que trabajas para ti mismo, y respeto mucho a la gente que se lo toma en serio.

    Por todo ello, te animo a que continues escribiendo, y no te des por vencido.

    • Alan Rulf dijo:

      Gracias por tus ánimos, pero me alegra decirte que no he dejado de escribir.

      Esa novela, bastante compleja, la he tenido parada, y sigue así, pero me he dedicado a desarrollar una saga, que estoy intentando publicar, bastante más comercial (la otra es más de concurso). Tengo terminado el primer volumen, y el borrador del segundo. Serán al menos cuatro, y me encantaría anunciar la noticia de su publicación.

      En cuanto a la inspiración, soy bastante metódico. Qué duda cabe que estar inspirado ayuda, pero también se puede trabajar sin inspiración. Yo primero organizo el argumento en capítulos, y luego escribo cada capítulo, por orden. Un capítulo (corto) diario. Sabiendo lo que pasa en ese capítulo, es más un problema de tener tiempo que de estar inspirado. Lo que no te guste, ya lo cambiarás en las múltiples futuras correcciones.

      Saludos, y ánimo tú también.

  10. Bego dijo:

    Hola Alanrulf!

    He leído que estás intentando publicar una novela. Aunque no soy de leer sagas, esta la leería gustosa, después de estas pequeñas demostraciones que nos ofreces.
    Aunque no sé… pero intuyo que me gustaría más esa otra (que como dices es más de consurso). Intento huir de esa literatura «comercial» como tú dices, bueno más que huir es que no me atrae demasiado.

    Feliz entrada de año y que veamos esa novela publicada.

    • Alan Rulf dijo:

      Hola, Bego, y gracias por tus palabras.

      ¿Qué te voy a decir? Los dos son criaturitas mías, «a los dos los quiero», aunque son distintos. Uno es más fácil de leer (y de escribir, te lo aseguro) que el otro. En uno he puesto énfasis en los recursos literarios, y en el otro el interés se centra en la intriga del argumento, lo que no quiere decir que no haya cuidado la forma de escribirlo. El primero es apto para todos los públicos, y el otro es sólo para adultos «cultivados», no porque tenga violencia o sexo, sino por su forma de estar escrito.

      Es como lo que ocurre con las dos categorías de este ‘blog’, «Mitos revisados» y «Cuentos vigesimoprimoseculares». En el primero no tengo que explicar nada, en el segundo sí. Habrá lectores que se darían cuenta de todo lo que hay detrás de «A cambio de sexo» sin que se lo diga explícitamente, pero otros no, seguro. Mi hijo de ocho años entiende los «Mitos…», no los «Cuentos…»

      En fin, ojalá pueda publicar los dos, y que puedas elegir cuál te gusta más.

      Feliz entrada de año, y gracias por tus deseos.

  11. Un buen relato e interesante blog, te deseo futuros éxitos, great blog..

  12. Raquel dijo:

    Enhorabuena, me parece una entrada genial. El ritmo es trepidante: muy bien logrado. Solo descansamos cuando lo hace el prota, muy a su pesar.
    Aunque creo que podrías haberte ahorrado el primer comentario. El lector se da perfecta cuenta de que en el primer y laaaaaargo párrafo solo hay comas (los pensamientos son así: fluyen de forma infinita hasta que son irremediablemente interrumpidos). Y en el segundo, quizá, podrías haber sido mucho más sugerente en lugar de tan explícito.
    PD. Si los dibujos son tuyos, enhorabuena también. Si no lo son, felicita a su autor.

    • Alan Rulf dijo:

      Bienvenida, y me alegro de que te haya gustado.

      Lo del comentario es porque, aunque parezca mentira, bastantes personas que lo han leído no se han dado cuenta, o incluso me han pedido que hiciera pausas, «que no podían respirar», así que preferí aclararlo antes de que alguien pusiera algo parecido.

      Los dibujos son en realidad fotos (libres de derechos) que retoco con un programa de retoque fotográfico para que tengan la apariencia de dibujos.

      Saludos.

  13. Pericles dijo:

    Agobiante, sofocante, atrevido, repleto de ritmo por ir hacia algún sitio y con un desenlace poco convencional. Me cansa lo de siempre, aquí has demostrado originalidad que para mí es lo que marca la diferencia.

    Salu2.

    • Alan Rulf dijo:

      Bienvenido, Pericles, a mi rincón virtual.

      Me alegro de que te haya gustado. Tienes razón, repetir cosas que ya están hechas no tiene mucho sentido. Puede que éste sea mi cuento más «redondo».

      Saludos, y espero que te sientas como en tu casa (que ya he visto que la estás «amueblando»).

  14. Lo vi muy largo para mi gusto… pero arranqué y me fui con él hasta el final. Y sufrí cuando salió la navaja. Un cuento muy bueno, Felicitaciones!!!
    Siempre miro la extensión y si es largo me freno, pero con este no tuve problema. Tiene voz propia y gran ritmo.
    Saludos.

    • Alan Rulf dijo:

      Coincido con tus gustos en cuanto a extensión, pero este relato nació para papel, no para pantalla de ordenador. Luego cambió su destino.

      De todas formas, la ausencia de puntos y el ritmo que tú destacas te impide pararte a pensar que lo quieres dejar y, en efecto, te lleva al final casi sin querer.

      Me alegro de que te haya gustado.

      Saludos.

  15. Hola! me ha encantado el texto, de verdad que atrapas la atención, mantienes el suspenso hasta llegar al final, que ni por asomo me imaginé que fuera ése. Felicitaciones

  16. Buenas Alan.
    Solo decir que me ha encantado, tanto la forma de narrar como la intriga y el desenlace tan inesperado.
    Poquito a poco voy leyendo tu blog. Gracias por compartir lo que sabes hacer así de bien.
    Saludos.

    • Alan Rulf dijo:

      Creo que todo aquel que quiera escribir debe preguntarse qué buscan los lectores. Mi respuesta personal es que buscan emociones (de muchos tipos, varían según las personas, pero todos buscan emociones). Tu comentario me confirma que eso es lo que buscas, y que, al menos en este texto, lo has encontrado. Me alegra enormemente, y te agradezco que me lo hayas dicho.

      Saludos.

  17. niphredil1 dijo:

    De verdad no me esperaba para nada el final! sospechaba algo pero esas suposiciones las tachaba porque no las «veía» como desenlace. Gracias por compartir estos textos, no me cansaré nunca de decírtelo.
    Saludos!

    • Alan Rulf dijo:

      Estás viajando al pasado del ‘blog’, señal de que lo estás disfrutando, que es lo mejor que puedo esperar.

      Me encantan las sorpresas, ¿no se nota? 😉

      Saludos.

  18. Me quedado sin palabras…. Impresionante….
    Sabes que al comenzar a leerlo, fui hasta el final del escrito, porque me parecía rarísimo que no haya puntos… Y vi tu comentario, yme entregué a la lectura, y lo leí como cuando la vida te pasa por delante en un instante…
    Lo que se va generando, y el final…, hombre, aplausos.

    • Alan Rulf dijo:

      Acabas de descubrir los «Cuentos vigesimoprimoseculares». Seguramente habrás leído en algún sitio que es lo que más me gusta del ‘blog’. Éste, en concreto, fue el responsable de que volviera a escribir tras un parón de más de diez años. Se me ocurrió la idea, la escribí, y me volvió a surgir el gusanillo del autor. Después surgió mi novela, y después… todo el ‘blog’.

      Me alegro de que te haya gustado. Me encanta sorprender.

      • Me habías contado de tu orgullo por ellos, y te dije que los iba a leer, yyyyyy, nunca encontraba tiempo para sentarme tranquila…y acabo de recordar que te debo una respuesta….
        Hoy ya leí dos, espero poder leer más en la semana (además de mi cita segura de los jueves)
        De nuevo, aplausos!!!!
        Y la novela????

      • Alan Rulf dijo:

        La novela la publicaré cuando alguien quiera editarla. Es la primera parte de una tetralogía (la segunda casi la tengo). Es probable que ponga un avance más adelante.

        ¿No conocerás a nadie en el mundo editorial argentino? (Va en serio).

  19. Ra dijo:

    Lectura con suspense… me encanta! no hubiera imaginado cual sería el destino del chico, y me ha dejado electrizada….
    La vida, nos la creamos nosotros mismos. Nadie decide por nosotros lo que tenemos que experimentar. Pero claro, a veces no elegimos los caminos más adecuados.
    «El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros los que las jugamos.» (Schopenhauer)
    y tu personaje Alan, no las jugó bien.
    🙂

    • Alan Rulf dijo:

      Muy a propósito la cita, me la guardo para cuando me venga bien.

      Creo que mi personaje estaba acostumbrado a no jugar bien sus cartas. 🙂

      Me alegro de que te haya sorprendido.

  20. yayis dijo:

    Que barbaro que impresionante

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