5.- El hombre salvaje.

Aún sin rehacerme del espeluznante encuentro, fui consciente de que me encontraba en una situación absurda, atrapado en un bosque poblado por espíritus y seres legendarios, cuando lo que tenía que hacer era buscar ayuda para reparar mi coche y volver a casa. Empecé a temer que fuera un bosque maldito del que nunca podría escapar.

Muy decidido, comencé a caminar en la dirección que me pareció más apropiada, alejándome, por supuesto, de la fantasmal comitiva, sin saber que me estaba adentrando aún más en el corazón del espeso pinar.

El hombre salvaje.Para un urbanita orgulloso y convencido como yo, andar a oscuras campo a través resulta complicado. A nadie extrañará que tropezara y cayera cuesta abajo, rasgando mis ropas, perdiendo mi calzado y mordiéndome la lengua, para terminar semihundido en el arroyo que serpenteaba colina abajo.

Me incorporé como pude, dolorido y confuso. Estaba cubierto de barro, de mi boca manaban borbotones de sangre, y mi aspecto general era, más que lamentable, literalmente penoso e impropio de la especie humana.

Sin tener tiempo de lamentarme de mi torpeza, unas luces me deslumbraron, acompañadas de un «¡Alto a la autoridad!»

Yo no me moví, y no por falta de ganas. Deseaba acercarme y pedir ayuda, pero mis pies se habían atrapado en el fango del fondo del arroyo y no conseguí despegarlos de allí. Traté de hablar, pero sólo produje sonidos ininteligibles e inconexos, mezcla de gruñidos e intentos de habla con gangoso resultado.

Los dos agentes se acercaron despacio. No podía ver sus caras, pues sus linternas me deslumbraban, pero imagino la cara que tenían, mezcla de asco y estupor, intentando adivinar qué tenían delante de ellos. Cuando estuvieron cerca extendí el brazo solicitando ayuda, pero lo único que conseguí fue que me pusieran las esposas.

El hombre salvaje.Logré liberar mis pies del fango y salir del agua. Los agentes me llevaron a su todoterreno y montados en él llegamos al cuartelillo, en uno de cuyos calabozos me acomodaron. Tras unas pocas llamadas telefónicas, aquello se llenó de curiosos de todo tipo, me hicieron bastantes fotografías, y, pasadas unas horas, me dejaron descansar, sin haberme permitido contar lo sucedido. Me dormí fruto del cansancio. Ya había amanecido.

No habrían pasado ni dos horas cuando me despertaron dos personas a las que no había visto antes, con el eficaz método de dirigirme con una manguera un chorro de agua fría, consiguiendo quitar una buena parte de los kilos de porquería que tenía encima. Si me hubieran despojado de las esposas y me hubieran dejado una ducha, lo habría hecho yo mismo, pero debían de pensar que era peligroso.

Por suerte, mi lengua ya no estaba tan dolorida, y, de una manera torpe, conseguí hablar.

– ¡El agua está helada!

Cerraron la manguera de golpe y se quedaron mirando sin saber qué hacer.

– ¿Puedes hablar?

– ¡Pues claro! Si me dejan explicarles…

– Tuvo que perderse en el bosque después de aprender a hablar. ¡A saber cuántos años lleva subsistiendo entre pinos! ¡Pobrecillo!

– ¡Es increíble! ¿Cómo habrá conseguido alimentarse? En invierno lo habrá pasado muy mal…

Al final conseguí que me escucharan, y los saqué de su error. Decepcionados, pues entendí que hubieran preferido que mi vida hubiera sido la de un animal, me liberaron de las esposas, me dieron algo de ropa, y me mostraron un ejemplar del periódico del día, cuya portada la ocupaba la noticia de que había sido atrapado en los bosques de la localidad un ser primitivo, posible pariente lejano del yeti y de los ‘bigfoot’ americanos. Hacían mil especulaciones que los científicos tendrían que aclarar, y el reportaje fotográfico que completaba la noticia no dejaba lugar a dudas.

Ni yo mismo me reconocía.

Pensé que nadie me creería cuando publicara esto en mi ‘blog’.

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Acerca de Alan Rulf

Alan Rulf es el pseudónimo que recoge mi faceta de escritor, para separarla de otros intereses y aficiones.
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18 respuestas a 5.- El hombre salvaje.

  1. Harry Haller dijo:

    Me ha gustado mucho este relato. Una pequeña crítica, porque para eso estamos todos, para aprender unos de otros: si el título del relato puede hacer que éste sea más predecible de lo normal, y ya te encargas de hacernos ver que el personaje pierda parte de la ropa, como el calzado, se llena de sangre, barro y fango (preparando el aspecto visual de hombre lobo o niño asalvajado), ¿crees que es necesario un comentario como «mi aspecto era… impropio de la especie humana»?
    No sé, me parece que es cruzar una línea que es mejor esbozar, no remarcar.
    Ánimo y enhorabuena, espero con ansia tus siguientes entregas.

    • alanrulf dijo:

      Hola Harry, y bienvenido. Me alegro de que te haya gustado. Por supuesto que acepto las críticas constructivas, ¡faltaría más! En la frase concreta que comentas, dudé si dejarla o no, porque no me terminaba de convencer cómo sonaba.

      Al final la dejé, pero es probable que, como dices, hubiera sido mejor eliminarla.

      Saludos.

  2. Ana dijo:

    ¿Entonces eres pariente del Yeti o no? La verdad es que no me ha quedado muy claro si los salvajes eran los que te recogieron o tú.
    Chao
    Ana

    • alanrulf dijo:

      Si tuviera pruebas de la existencia del Yeti, te confirmaría que sí somos parientes muyyyyy lejanos. Hasta que las tenga, me quedaré con la duda.

      En realidad no había ningún salvaje, aunque todos lo parecimos. Yo fui víctima de una serie de desafortunadas circunstancias, y ellos actuaron de tal forma para evitar riesgos, cuando todo hacía suponer que podía ser peligroso. El agua fría fue desagradable, pero no podían venir con una esponja y agua calentita arriesgándose a que me los comiera a mordiscos.

      Y es que, cuando tengo hambre, no respondo…

      Saludos.

  3. Gaviota dijo:

    Hola gracias por tu visita, es muy complicado de explicar loq ue hemos vivido Ana y yo
    alguna gente más, mejor asi.
    Por cierto escribes muy bien, me da verguenza ver mi blog al ladod elt uyo,
    enhorabuena!!
    Carmeta

    • alanrulf dijo:

      Las comparaciones son odiosas. Son ‘blogs’ completamente distintos, con planteamientos y objetivos que no tienen nada que ver, así que no me gustaría que sintieras vergüenza (ni tú ni nadie), porque en tu ‘blog’ haces lo que quieres, y eso es para estar orgulloso.

      Por ejemplo, yo sólo escribo una entrada a la semana. Si tú hicieras lo mismo, seguro que estaría mucho más pensada y corregida, ¿no? Pero no puedes hacerlo, porque lo que escribes te sale del alma, y eso exige una frecuencia mayor que la mía. Yo no podría hacer una entrada diaria, no tengo tiempo para eso, y la imaginación enseguida se resentiría.

      Me tomo tu comentario como un halago (no podría ser de otra forma), y te lo agradezco. Creo que a todo el mundo le gusta que su trabajo sea bien valorado. Y, de verdad, pasa de malos rollos.

  4. Begoña dijo:

    Hola Alanrulf, creo que voy a tomar por costumbre asomarme cada semana. Tengo que reconocer que en rara ocasión haya leído literatura fantástica. Es ese punto cómico que le das a tu relato, lo que hace que me enganche y tenga ganas de seguir leyendo.
    A propósito, esas imágenes? Qué interesantes!

    Qué tengas buena semana. Hasta la próxima.

    Un saludito

    • alanrulf dijo:

      Encantado, Begoña. Tendré preparado un café y unas pastas para cuando quieras venir. Como ya has visto, me encantan los juegos ambiguos en que no sabes con qué carta quedarte. Aquí sí sabes con qué carta quedarte, pero el protagonista (yo mismo, supuestamente) se queda con la otra visión, y así consigo el toque cómico que me parece atractivo para el ‘blog’.

      Al mal tiempo, buena cara. Creo que es importante tomarse las cosas con sentido del humor, especialmente en las etapas más difíciles. Además, no podría tratar estos temas en serio, tendría que pensar mucho qué decir que no se hubiera dicho antes.

      Nadie me había preguntado por las imágenes. Están obtenidas de fototecas libres de derechos de autor. Luego las trato con GIMP (algo parecido al Photoshop, pero también libre). Hago un tratamiento muy básico: primero uso el filtro de detección de bordes por diferencia de gaussianas, para que parezcan dibujos, y luego modifico el balance de color (excepto en la segunda de este capítulo, que omití el primer paso, porque no quedaba bien). Suena a chino, pero es muy fácil.

      Hasta la próxima, y me encanta que te hayas enganchado. De tu ‘blog’ me gusta tu estilo, y la capacidad que tienes de describir las historias como si fueran unas cuantas fotografías en blanco y negro, con todos los detalles.

      Saludos.

      • Bego dijo:

        Hola, Alanrulf

        Mejor un té… y a las pastas «claro que me apunto», aunque sean virtuales.
        Lo de la fotografía, ufff qué lío, pues yo de aspectos técnicos nada de nada. Me quedo con las impresiones y las sensaciones, y el disfrute que proporcionan. Pero, gracias por la explicación detallada.
        Cómo tú dices… al mal tiempo buena cara. Siempre mejor poner una sonrisa.
        Gracias por tus palabras hacia mis escritos. Me alegro que te gusten.

        Un saludo

  5. bypils dijo:

    Hola Alanrulf ,

    El acebo ; – ) me hizo descubrir tus relatos. Normalmente se visitan los blogs de los que lo hacen en el tuyo y muchas veces a modo de cortesía» bloggera» sabiendo que el contenido no te engancha. Pero otras , aunque parezca un «quid pro quo» educado, no lo es. Apareces por el blog porque te interesa realmente.

    En este caso, me lo paso fenomenal leyéndote (esta sucesión de hechos post incidente-accidente automovilístico me divierten e intrigan….).

    Saludos desde El Blog Imperfecto.
    Te leo el lunes.

    • alanrulf dijo:

      Hola, Bypils.

      Me gusta curiosear entre los ‘blogs’ que se actualizan, buscando los temas que me interesan. Suelo entrar en los de humor y relatos. No me gustan los temas de actualidad. Y cuando alguno me ha gustado un par de veces, procuro entrar más a menudo, porque es probable que me vuelva a gustar en el futuro.

      Por supuesto, la cortesía ‘bloggera’ es importante, pero los sitios que no te gusten dejarás de visitarlos antes o después. Mi objetivo es que disfrutéis cada capítulo, así que me doy por satisfecho si lo consigo.

      Tendré que pensar qué os pongo el lunes…

      Saludos.

  6. Concha Huerta dijo:

    Que idea más original la de transformarse en Big Foot por una noche con ayuda de un poco de barro. Y buena critica a los medios que subsisten inventando noticias. Un saludo

  7. monicamoon dijo:

    Las apariencias engañan… y más si uno va recubierto de barro y sufre una caída como la del protagonista.
    Cada vez que leo una entrada de tu blog me deja alucinada alguna de las partes que escribes, y en esta ha sido la descripción de la caída y la situación del pobre hombre. Mientras la estaba leyendo no podía para de imaginarme a dicho sujeto dando vueltas por una cuesta. Creo que ahora me duele la espalda por ello…
    Un saludo

    • alanrulf dijo:

      A mí también hay “escenas” que me gustan especialmente. En este capítulo me satisface el momento de mi pobre “yo” pegado al fondo del arroyo, intentando liberarme mientras me deslumbran las linternas, estoy cubierto de barro y emito sonidos guturales.

      Por otra parte, está bien que te identifiques con un personaje, pero no te pases, que espalda sólo tienes una, y eres muy joven para empezar con dolores.

      Saludos.

  8. «pense que nadie me creeria cuando publicara esto en mi blog» esto me gusto fue el toque que dibujo la linea entre la realida y la ficcion.

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